El conflicto entre Cristina Kirchner y algunos sectores del sindicalismo se intensificó tras las recientes declaraciones de la ex vicepresidenta, quien afirmó que los gremios “ya no representan a la mayoría de los trabajadores”. Estas palabras generaron una fuerte reacción de Pablo Moyano, uno de los líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), y de Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN.
Moyano, referente del gremio de Camioneros, criticó las declaraciones de Cristina y aseguró que sus cartas “no suman para nada”, subrayando que los debates internos deben mantenerse en privado. Según él, estas confrontaciones públicas “solo alimentan a figuras como [Javier] Milei”, el actual presidente. Además, reclamó que la ex mandataria nombre a los sindicalistas que cuestiona, destacando que no piensa asumir críticas generalizadas: “No me voy a hacer cargo de lo que no hice”.
En referencia a la presunta pérdida de poder del sindicalismo, Moyano señaló que fueron diputados del peronismo quienes votaron la Ley Bases y la reforma laboral, y no los gremialistas. “Que se hagan cargo los políticos”, enfatizó. También instó a Cristina Kirchner a que, si va a criticar a la CGT, lo haga en los espacios internos y con nombres concretos, dejando claro que no acepta ser metido “en la misma bolsa” que otros dirigentes.
Las palabras de Moyano no solo apuntan a Cristina, sino también a sus colegas sindicales, con quienes mantiene diferencias respecto a cómo enfrentar al nuevo gobierno libertario.
Por su parte, Andrés Rodríguez, también integrante de la CGT, se sumó a las críticas hacia la ex presidenta. Recordó que durante sus gobiernos tampoco se avanzó significativamente en la creación de empleo formal, ya que el país continúa con un 45% de informalidad laboral. “Cristina debe revisar mejor los números”, sostuvo, en respuesta a las afirmaciones de la ex mandataria sobre la disminución de la influencia sindical.
Rodríguez también señaló que la informalidad no es responsabilidad de los gremios, sino de los distintos gobiernos, y cuestionó la hegemonía de Kirchner dentro del peronismo, asegurando que “el liderazgo futuro podría surgir del interior del país”.
Cristina Kirchner, en su carta, señaló que el peronismo “se torció” al no adaptarse a los cambios en las relaciones laborales, y lamentó que los trabajadores registrados no lograran cubrir la canasta básica durante su gestión, a pesar de la baja tasa de desempleo.
Finalmente, la ex presidenta criticó la falta de capacidad del peronismo para mantener políticas sociales universales, lo que, según ella, generó clientelismos que solo dividen a las clases populares y alejan a la clase media.
Días antes de publicar su carta, Cristina Kirchner se había reunido con un grupo de sindicalistas afines, entre los que se encontraban Sergio Palazzo (bancarios), Vanesa Siley (judiciales) y Abel Furlán (metalúrgicos), para analizar la situación actual del país.