La Marcha Federal Universitaria se replicará este miércoles en toda la Argentina, con el epicentro en Plaza Congreso a las 17 horas. Se trata de una nueva convocatoria tras la masiva movilización del 23 de abril, que reunió a miles de personas para exigir un mayor presupuesto para las universidades públicas y la recomposición salarial de los docentes. Las autoridades académicas y especialistas insisten en que la educación no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión clave para el futuro del país.
El sistema universitario atraviesa una situación crítica, afectado por la inflación y el recorte de recursos. En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la más antigua del país, muchos docentes han comenzado a abandonar las aulas o a reducir sus horas dedicadas a la enseñanza debido a los bajos salarios. Un profesor que trabaja diez horas semanales percibe entre 150.000 y 225.000 pesos mensuales, mientras que un adjunto con dedicación exclusiva y veinte años de antigüedad apenas supera el millón de pesos. La Universidad Nacional de Rosario (UNR) enfrenta problemas similares, y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), los recortes presupuestarios han afectado la investigación.
En el Hospital de Clínicas, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA), la situación es alarmante. Catorce de sus veinte quirófanos están inoperativos por falta de insumos, lo que pone en riesgo la atención de miles de pacientes. Si el presupuesto no mejora, el hospital funcionará a menos del 50% de su capacidad.
La movilización de este miércoles es vista como una continuación de la histórica marcha de abril, en la que la comunidad universitaria se congregó en Plaza de Mayo para manifestar su rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei. El presidente ha anunciado que vetará la Ley de Financiamiento Universitario, lo que ha generado una nueva ola de protestas. Los docentes, no docentes, estudiantes y rectores liderarán la marcha, con el objetivo de exigir a los legisladores que luchen por un presupuesto adecuado para 2025.
El rector de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Rubén Soro, advirtió sobre el profundo impacto que tendría un recorte en el financiamiento. Las universidades, explicó, solicitaron 7,2 billones de pesos para el próximo año, pero el proyecto de presupuesto sólo contempla 3,8 billones, una cifra que cubre poco más de la mitad de las necesidades. “Estamos pidiendo un presupuesto que representa el 1% del PBI, cuando en otros países de la región el promedio es del 1,5%”, señaló Soro.
Los rectores coinciden en que el desfinanciamiento de las universidades tendrá consecuencias a largo plazo, no solo en la calidad educativa, sino también en el desarrollo económico del país. Las investigaciones científicas, que son esenciales para el avance en diversas áreas como la salud, la tecnología y la producción, están en riesgo de paralizarse. Franco Bartolacci, rector de la UNR, advirtió que el escenario será aún más complicado en 2025 si no se revisa el presupuesto actual. “El sistema universitario argentino es una herramienta de movilidad social única. Desfinanciarlo es un grave error”, sentenció.
El reclamo de la comunidad universitaria es claro: garantizar los fondos necesarios para mantener en funcionamiento a las 57 universidades nacionales y evitar la precarización de los docentes, quienes hoy perciben sueldos por debajo de la línea de pobreza. “La educación es la base del futuro del país. Si no invertimos en ella, estamos hipotecando nuestro desarrollo”, concluyó Bartolacci.