En medio de una ofensiva oficial sin precedentes contra los derechos laborales, Héctor Daer anunció que no renovará su mandato al frente de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), ni tampoco continuará en la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT). Tras 24 años de conducción, su decisión simboliza el cierre de un ciclo, pero también el inicio de una etapa de renovación dentro del movimiento obrero, que busca adaptarse a los desafíos de una coyuntura crítica, marcada por un gobierno que avanza sin miramientos sobre las conquistas históricas de los trabajadores.
El referente sindical, que fue una de las voces más moderadas en la conducción colegiada de la CGT, deja el cargo con una consigna clara: hay que dar paso a nuevos liderazgos, sin abandonar la militancia. Así lo expresó en un acto reciente y también desde sus redes sociales: “No me bajo de la militancia, pero es momento de dar paso a nuevos liderazgos”. El 3 de noviembre se formalizará su salida, cuando asuman las nuevas autoridades gremiales.
Las elecciones internas de ATSA se celebrarán el 7 de agosto, y Daer no solo decidió no presentarse, sino que además respaldó explícitamente a la nueva conducción propuesta por la lista Celeste y Blanca, el espacio que lideró durante toda su trayectoria. Felicitó públicamente a Javier Pokoik y Norberto Maschio, quienes asumirán el desafío de continuar defendiendo los derechos del personal de salud, uno de los sectores más castigados por las políticas del actual gobierno.
La salida de Daer del sindicato porteño no significa un retiro completo de la actividad sindical. Continuará al frente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) y de la presidencia de UNI Américas, la rama regional del sindicato global. Pero su salida de la CGT, anunciada también en abril, abre el juego para una posible reformulación de la central obrera, con una estructura más ágil, moderna y unificada, capaz de hacer frente a los embates de Javier Milei.
En un contexto donde la Casa Rosada avanza con decretos que restringen el derecho a huelga, desregula convenios colectivos y precariza las relaciones laborales en nombre de una supuesta “libertad”, la CGT intenta dar señales de aggiornamiento. El lanzamiento de Azopardo Stream, un canal de comunicación propio en YouTube con estética inspirada en El Eternauta, es un intento de acercarse a las nuevas generaciones y disputar el sentido común en un terreno que la derecha digital ha sabido colonizar.
La figura de Daer, que comenzó como delegado en Laboratorios Bernabó y escaló a lo más alto del sindicalismo argentino, deja una huella de compromiso y estrategia. En su discurso de despedida, dejó claro que la lucha no termina con una elección: “La fuerza de la organización está en la militancia diaria… la lucha no se agota en una elección”.
Durante un homenaje a Juan Domingo Perón, Daer también apuntó contra el presente: “Tenemos que volver a las raíces, a pensar el Estado como herramienta para redistribuir y combatir la desigualdad. Hoy la distancia entre quienes menos tienen y quienes más ganan es cada vez más grande”.
En un país donde el gobierno de Javier Milei parece decidido a desmontar todas las estructuras de protección social construidas durante décadas, los sindicatos enfrentan el desafío de modernizarse sin perder identidad. La CGT, con sus internas y sus tiempos, comienza a moverse. La salida de Daer es parte de ese proceso, y al mismo tiempo, un llamado a resistir con inteligencia y unidad frente a una ofensiva que amenaza con arrasar derechos fundamentales.