(Cobertura especial de ELDELEGADO) – La CGT encabeza una masiva marcha en rechazo al recorte de derechos, la pérdida del poder adquisitivo y un paquete de reformas que el movimiento obrero denuncia como un intento de retroceder décadas en conquistas laborales.

Por la tarde, las calles del centro porteño volverán a ser escenario de una protesta de alto voltaje político y social. Convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la movilización reunirá a sindicatos de múltiples ramas, organizaciones sociales y delegaciones del interior del país bajo una consigna común: frenar el ajuste y la avanzada flexibilizadora del Gobierno de Javier Milei.

La conducción cegetista llega a esta jornada tras semanas de deliberaciones internas y crecientes presiones desde las bases. En ese marco, la protesta se presenta como una respuesta directa a las políticas económicas oficiales, que combinan caída del salario real, despidos, suspensiones y un fuerte deterioro de las condiciones de empleo en sectores clave de la economía.
En el centro de los cuestionamientos aparece el intento del Ejecutivo de avanzar con reformas laborales que, según denuncian los gremios, buscan desregular el mercado de trabajo, debilitar la negociación colectiva y reducir la protección de los trabajadores. Desde la CGT advierten que el rumbo elegido “legaliza la precarización” y reinstala prácticas que el sindicalismo asocia con formas modernas de explotación.

El impacto del ajuste se siente con fuerza en la industria, el transporte, la energía y los servicios, donde se multiplican los conflictos por salarios que corren detrás de la inflación y por la pérdida de puestos de trabajo. Dirigentes sindicales remarcan que la motosierra no distingue sectores y que el costo del programa económico recae, una vez más, sobre quienes viven de su salario.
La marcha también busca enviar un mensaje político al Congreso y a las provincias, en momentos en que el Gobierno necesita respaldo legislativo para sostener su agenda. En ese sentido, la central obrera apuesta a mostrar volumen en la calle como herramienta de presión y como señal de que el clima social se tensa a medida que avanzan los recortes.
Desde temprano, columnas sindicales comenzaron a concentrarse en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, con un operativo que prevé un acto central y la lectura de un documento consensuado. Allí se espera un duro pronunciamiento contra lo que definen como un “modelo de exclusión” y una advertencia sobre las consecuencias sociales de profundizar el ajuste.
La protesta de esta tarde se inscribe en una secuencia de acciones que la CGT evalúa sostener en el tiempo si no hay cambios en el rumbo económico. Para el movimiento obrero, el objetivo inmediato es frenar la flexibilización y defender derechos históricos; el trasfondo, marcar un límite político a un Gobierno que, aseguran, pretende imponer un esquema laboral que los trabajadores ya creían superado.