UNO DE CADA TRES JUBILADOS ES POBRE EN ARGENTINA, SEGÚN UN ESTUDIO DE LA UCA

La pobreza entre los jubilados argentinos se duplicó en el último año, revelando una situación alarmante para este sector históricamente resguardado. Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 30,8% de los jubilados vive en condiciones de pobreza, un salto significativo respecto al 13,2% registrado en el primer semestre de 2023. Este incremento implica que más de medio millón de personas (542 mil) se sumaron a la pobreza en solo 12 meses.


El estudio titulado “Pobreza e Indigencia: Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, realizado por investigadores de la UBA, el CONICET y la Universidad de Mar del Plata, detalla el deterioro de las condiciones de vida de los jubilados. Aunque tradicionalmente este grupo presentaba niveles más bajos de pobreza en comparación con otros sectores, las recientes crisis económicas, exacerbadas por medidas gubernamentales, han golpeado duramente a quienes dependen de ingresos fijos.

La pobreza en asalariados formales: una tendencia creciente
El informe no solo aborda la situación de los jubilados, sino que también destaca un fenómeno inesperado: el aumento de la pobreza entre los trabajadores formales. Sectores como comercio, construcción e industria manufacturera reflejan un deterioro salarial que afecta incluso a quienes tienen empleos registrados.

Entre los trabajadores formales, la pobreza subió del 16,4% al 27,8% en el último año. Aunque la pobreza sigue siendo mayor entre los informales (64,3%), la brecha entre ambos grupos se ha reducido drásticamente, no por una mejora en los informales, sino por el deterioro de los ingresos de quienes trabajan “en blanco”.

El impacto de la pandemia y la crisis económica
El análisis señala que las condiciones laborales y salariales comenzaron a deteriorarse de manera acelerada en 2020, a raíz de la crisis desatada por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la persistente inflación, combinada con políticas económicas que afectaron a sectores más vulnerables, profundizó aún más la desigualdad.

Los subocupados —aquellos con jornadas laborales reducidas o ingresos insuficientes— son el grupo más afectado, con una tasa de pobreza que alcanzó el 67,1% en 2024. No obstante, la pobreza también creció entre los ocupados plenos y sobreocupados, mostrando que ningún segmento quedó exento del impacto.


El informe de la UCA subraya que los jubilados fueron los más afectados por las medidas económicas recientes, enfrentando recortes en su poder adquisitivo y un costo de vida que aumenta sin tregua. Las políticas públicas parecen insuficientes para revertir este panorama, dejando a uno de cada tres jubilados en una situación de vulnerabilidad crítica.

Con este contexto, el desafío para los próximos años será implementar políticas que no solo estabilicen el ingreso de los jubilados, sino que también frenen el avance de la pobreza en toda la población trabajadora, tanto formal como informal. Sin acciones concretas, las brechas seguirán profundizándose, afectando a los sectores más vulnerables del país.