(Por Mario Mazzitelli Presidente del Partido Socialista Auténtico) – La crisis se agrava por la ineptitud del gobierno nacional. El desastre económico y social que estamos viviendo es de una profundidad inusitada. Heredado de administraciones de muy baja calidad, la tendencia al derrumbe se aceleró en los últimos meses. Para marzo 2024, los datos son alarmantes.
La construcción, equipos electrónicos, electrodomésticos y otras industrias manufactureras cayeron más del 40%. La industria automotriz, cubiertas de coche, artículos de ferretería un 25%. Alimentos y bebidas un 15%. La lista sigue sobre la totalidad de los rubros. La desocupación se cierne como un fantasma sobre los trabajadores. Tras los despidos de decenas de miles de obreros de la construcción (obra pública paralizada), empleados del Estado, etc.; empezarán las suspensiones y más tarde los despidos en el comercio, la industria, etc. A los 20 millones de compatriotas en la pobreza, pronto se sumarán algunos millones más. En la niñez y la adolescencia, el ajuste (contractivo e incompetente) está haciendo estragos.
¿Quién puede afrontar el desafío de estructurar una política alternativa a 5 meses de iniciado este desgobierno anarco-capitalista? ¿Quién puede llamar a la Unidad Nacional, para superar esta etapa; respetando el orden institucional y sin desconocer el estado de la opinión pública? O son las fuerzas del cielo, mayormente personificadas por las Iglesias o son las fuerzas de la tierra, representadas por los trabajadores organizados.
El trabajo.
Si compartimos con José Ingenieros que: “Todo lo que es orgullo de la humanidad es fruto del trabajo. Lo que es bienestar y lo que es belleza, lo que intensifica y expande la vida, lo que es dignidad del hombre, decoro de los hogares y gloria de los pueblos… ha surgido de las manos expertas y de la mente creadora.” Que: “Todo el capital de la humanidad es trabajo acumulado; lo crearon las generaciones que han trabajado y son sus dueños legítimos las generaciones que trabajarán.” Que: “Los que detentan algo de ese capital común para convertirlo en instrumento de ocio, son enemigos de la sociedad. El trabajo es un deber social.” Coincidiremos también en que: la sociedad se estructura alrededor del trabajo. Por lo tanto, su jerarquización y relanzamiento es la tarea pendiente de la sociedad argentina. ¿Quién mejor que la Confederación General del Trabajo para hacer (con ese contenido) un gran aporte a la unidad nacional?
La unidad empezando por casa.
Su unidad debería dar un salto cualitativo. Re-unirse todos en una CGT única y plural. Incorporando en su seno a todas las expresiones y organizaciones de trabajadores con o sin encuadramiento. Activos, en blanco, en negro, desocupados, marginados y pasivos. Todos bajo un mismo techo. En el marco de una vida interna respetuosa y profundamente democrática.
La Confederación General del Trabajo (CGT- RA), la Central de Trabajadores y trabajadoras de Argentina (CTA-T) y la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) han firmado un documento con el que convocaron al paro nacional del 9 de mayo de 2024. En un párrafo de ese texto sostienen: “…nuestro derecho a participar en el diseño de la sociedad a la que aspiramos…”. Excelentes noticias para el hombre y la mujer de a pié. Por un lado “unidad en la acción”, por otro la reivindicación de su rol en el diseño de una sociedad que supere los males de este capitalismo de saqueo en el que nos han enterrado. La unidad empieza a ser un deber.
La necesaria renovación.
Está claro que la dirigencia necesita una evolución. Hay nombres agotados en la opinión pública. Que no viene al caso mencionarlos, ni calificarlos, ni juzgarlos. En absoluto es la pretensión de esta nota (que mira al futuro más que al pasado). Sí, en cambio, reconocer que extensas trayectorias (en un contexto general donde los trabajadores perdieron ingresos, derechos y calidad de vida. Donde asistimos a escándalos por enriquecimiento de los dirigentes y, en ocasiones, desapego con la suerte de sus representados) han ido desgastando la imagen de muchos sindicalistas.
Ese perfeccionamiento no debería ser solo un lavado de cara. Debería representar un nuevo papel para la central de trabajadores. Asumiendo un rol histórico mucho más allá de las reivindicaciones inmediatas, las protestas, las movilizaciones y los paros. Elevar el carácter eminentemente reivindicativo al de protagonista principal de esta etapa. Ya no solo como representante de un sector, sino articulando la diversidad del mundo del trabajo productivo para sentar los cimientos de un moderno proyecto nacional, democrático, latinoamericano.
La CGT convocante de la Unidad Nacional.
Se trataría de convocar y re-unir a la inmensa mayoría de los sectores de la sociedad. Omito el listado para no desgastar al lector. Pero deberían ser convocados “todos” los sectores interesados en superar una etapa fallida, que se asienta en valorar el parasitismo financiero por sobre el trabajo del obrero, el profesional, el cuentapropista, el empresario o el productor nacional.
La CGT como el mayor tanque de ideas.
Las ideas están en el pueblo. Hay que reunirlas, lustrarlas para que brillen y sintetizarlas en un programa del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Desde la historia, los programas de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), la CGT de los argentinos (1968), los 26 puntos para la Unión Nacional de la CGT (1986) etc. iluminan un nuevo programa para estos tiempos de revolución tecnológica. Ahora, hay que elaborar un programa de los argentinos para los argentinos.
Finalmente
Si fuera cierto que en nuestro pueblo anida un alma fraterna (ama al prójimo como a ti mismo), igualitaria (naides es más que naides), sanmartiniana (seamos libres que lo demás no importa nada) y progresista (para el bienestar general) hoy ese alma está ausente del Estado. Nadie está en mejores condiciones para anidarla que la Confederación General del Trabajo, estableciendo una nueva época para sí misma y para la Argentina. Ojalá que así sea.