Con un discurso cargado de críticas al gobierno de Javier Milei, el secretario general de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), Carlos Minucci, expuso su postura en el debate sobre los tarifazos en el Congreso Nacional. Durante su intervención ante la “Comisión de Defensa del Consumidor, el Usuario y la Competencia”, el sindicalista rechazó de cuajo los aumentos en los servicios y denunció que los argentinos pagan tarifas europeas por un servicio peor que el de los años ‘90.
“Nos están imponiendo costos elevadísimos en un sistema donde el Estado se retiró de su rol de control”, advirtió. En este sentido, cuestionó la desregulación del mercado energético y la falta de inversiones. “Van a terminar con CAMMESA, que era la empresa con la que el Estado controlaba la compra de combustible para las generadoras. Están disolviendo el ENRE y ENARGAS, unificando los entes para que pierdan su función de protección al ciudadano”, alertó.
El sindicalista detalló el impacto que los aumentos tarifarios tienen sobre los trabajadores y la clase media: “Hoy, el pago de servicios esenciales representa hasta el 38% de un salario. A esto sumemos alquileres e impuestos municipales. Se hace imposible vivir”.
El sindicalista recordó que, en julio pasado, el gobierno paralizó las obras energéticas que la administración anterior había dejado licitadas, lo que agrava el problema de distribución y abastecimiento. “Hoy sufrimos cortes de luz permanentes, ya no solo por el calor extremo, sino también por lluvias y frío, porque el sistema está obsoleto y sin mantenimiento”, afirmó.
En su exposición, el referente del ala combativa del sindicalismo, trazó un paralelismo con las privatizaciones de los años ‘90, denunciando que el deterioro del sistema energético es una consecuencia directa de la desregulación: “Desde la privatización en los ‘90, las inversiones quedaron detenidas. Hoy, la falta de planificación y la desidia gubernamental nos dejan en manos de empresas que buscan rentabilidad sin garantizar calidad en el servicio”.
Además, arremetió contra la política tarifaria del actual gobierno y sus antecedentes: “En 2015, al igual que en los ‘90, se instaló la idea de que la electricidad era barata. Pero lo que vendieron como ‘dos porciones de pizza’, hoy se convirtió en una factura impagable para los argentinos, sin mejoras en la infraestructura”. También recordó que la Corte Suprema ya había cuestionado los aumentos excesivos durante el macrismo, instando a que fueran acordes a los ingresos de los ciudadanos. “Nada de eso se cumplió”, sentenció.
Minucci hizo un llamado a los legisladores y a la sociedad para resistir las medidas del Ejecutivo: “No podemos permitir que sigan desmantelando el Estado. No hay interlocutores, no hay control, no hay planificación. Estamos sosteniendo a un gobierno que se comporta como si tuviera un rey y no un presidente”.
Finalmente, advirtió sobre los efectos de la desregulación y la falta de inversión en el sector: “Hay hospitales y sanatorios sin energía, electrodependientes desprotegidos, empresas sin certezas. El Estado se alejó de todo. Y si no quiere volver, tenemos que empujarlo a que lo haga. Porque los argentinos no merecen pagar tarifas europeas por un servicio peor que el de los ‘90”.
El debate sigue abierto, pero lo que queda claro es que la crisis energética golpea con fuerza a los ciudadanos y que la incertidumbre sobre el futuro del sistema sigue en aumento.