TRABAJADORES DEL GAS ASEGURAN QUE “HAY CGT PARA LARGO RATO” Y APOYAN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS EN LA UNIDAD Y LA LUCHA

(TOMAS CASANOVA ESPECIAL RENOVACION DE AUTORIDADES CGT) – En un marco de profunda deliberación y unidad, la CGT celebró la renovación de su comisión directiva, un acto que, para los trabajadores de la industria del gas y sus sindicatos, adquiere especial significado ante el panorama de reformas laborales que se anuncian desde el poder político y económico. Pablo Blanco, secretario general del Stigas, figura central de esta cobertura, dejó entrever una visión clara: la defensa de los derechos laborales como cimiento de la producción y la creación de empleo.

La jornada —concurrieron distintas corrientes y posiciones dentro del congreso— transcurrió “con normalidad”, según Blanco, quien destacó que la democracia y el respeto fueron los ejes que sostuvieron el proceso. En sus palabras: “todo se resolvió en el marco de la democracia y del respeto”. Sin embargo, el dirigente no eludió las críticas y las aspiraciones de mejora que laten en la conducción de la CGT.

Un aspecto que generó reflexión fue la representación femenina dentro del triunvirato. Blanco expresó su deseo de ver a una mujer en la conducción, o incluso una cuarta integrante que complemente la tríada existente. “Me encantó en el momento en el que las mujeres cantaron su canción… demos un lugar en la conducción de CGT. Me parece que eso le faltó a la actual conducción”, afirmó. En ese plano, resaltó la labor de CIPREba , con su secretaria general al frente de la secretaría de género, como un pilar de compromiso en un terreno que sigue siendo complejo y mediáticamente exigente.

La conversación también abordó la necesidad de incorporar a representantes de los sectores industriales, que, según Blanco, son “los más agredidos por este gobierno”. Se señaló que la unidad debe fortalecerse como colofón de una gestión que, a juicio del entrevistado, ha mostrado capacidad para asimilar discrepancias sin fracturar la solidaridad de la estructura.

Héctor Daer recibió también un reconocimiento como figura capaz de mantener la unidad frente a tensiones internas, algo que Blanco consideró crucial para la futura comisión directiva: “la unidad, y la definición de un perfil que enfrente la flexibilización laboral desde lo político, hablando con los bloques y en la calle”. En esa línea, el sindicalista subrayó la necesidad de una pelea que combine negociación, discurso público y herramientas de lucha para sostener a la clase trabajadora ante un agravio que, a su juicio, es una amenaza a la continuidad de derechos laborales.

Sobre el rumbo político-laboral, Blanco hizo hincapié en la imaginación y la construcción de poder que deben acompañar la acción sindical, sin perder de vista la necesidad de diálogo con actores del peronismo y, si fuera necesario, con la izquierda. “Con las herramientas de lucha que contamos y que podemos inventar, vamos a enfrentar este modelo que busca desdibujar beneficios de los trabajadores”, sostuvo.

El debate, dijo, está lejos de limitarse al interior de los gremios: “la construcción política y de poder debe mirar hacia afuera, con todas las herramientas legales y las alianzas necesarias para defender la producción y el empleo”. En esa línea, analizó las similitudes entre las promesas de entonces y las políticas actuales, advirtiendo sobre los riesgos de una reforma laboral que pueda erosionar derechos y flexibilizar la prestación de servicios y la seguridad social.

Blanco compartió experiencias recientes de la realidad cotidiana: “hay que pelear en todas las trincheras: la calle, el congreso y la comunicación”. Relató casos de tensiones económicas y sociales que golpean a la clase trabajadora, desde la precarización de salarios hasta la dificultad de sostener las obras sociales ante deudas y desfinanciamiento. El ejemplo de la experiencia en el terreno, según él, muestra que los trabajadores, con su organización, deben defender no solo sus condiciones laborales, sino la viabilidad misma de sus prestaciones sociales.

La conversación también se volvió explícita sobre la necesidad de educación entre las bases: “hay compañeros que votaron a Miley y luego piden otra cosa”, señaló, subrayando la necesidad de un fortalecimiento de la coherencia entre aspiraciones y acciones sindicales. Ante este panorama, Blanco insistió en una estrategia de persistencia y humildad: mantener la lucha por paritarias dignas —incluidos viáticos y refrigerios— y sostener la organización con protagonismo de las trabajadoras y los trabajadores.

Para Blanco y los trabajadores del gas, la prioridad es clara: defender derechos conquistados, enfrentar la reforma laboral con un frente unido y continuar construyendo poder desde la base. “Hay CGT para rato”, cerró.