“La Argentina está entrando en una crisis que supera a las de los gobiernos militares y al mismísimo De la Rúa. No hay dólares y el Gobierno no tiene con qué sostener esta sangría”, lanzó Marcelo Puella, presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas, en una declaración que sacudió al tablero político.
Puella no dudó en señalar el núcleo del problema: las reservas. “El nivel es alarmante. El Banco Central ya se desprendió de 7.000 millones de dólares en apenas tres ruedas para sostener un régimen de bandas que no se puede defender. A este paso, el Gobierno no llega vivo a octubre”, remarcó.
El derrumbe comenzó tras el resultado electoral en la provincia de Buenos Aires, donde Fuerza Patria derrotó a Milei por casi 14 puntos. “Después de esa paliza en las urnas, la palabra incertidumbre se hizo carne en los mercados”, afirmó el dirigente.
La secuencia fue fulminante: el dólar minorista saltó de $1380 a $1515 en diez ruedas, mientras el mayorista tocó el techo de la banda de flotación. “Ese movimiento refleja desconfianza total hacia la conducción económica y política”, diagnosticó Puella.
El panorama financiero se oscureció todavía más con la caída de bonos y acciones, el desplome del S&P Merval a un mínimo en trece meses y un riesgo país que superó los 1.500 puntos. “La agresividad discursiva de Milei hacia la oposición solo ahuyenta a los inversores, en vez de darles certezas”, criticó Puella.
Para el dirigente peronista, lo que se avecina es un callejón sin salida. “El Gobierno está inyectando un dinero que no tiene. Se quedó sin municiones y sin rumbo. Esta es, sin dudas, la semana más incierta de la economía argentina”, alertó.
La comparación histórica es inevitable. “Estamos frente a un caos financiero que ya supera a las crisis más oscuras de nuestra historia. La sociedad entera está al borde de un abismo”, concluyó Puella, dejando flotando en el aire una advertencia tan brutal como premonitoria: la Argentina de Milei se desmorona y no hay red que la sostenga.