Este 2 de octubre, una masiva movilización de estudiantes, docentes y trabajadores universitarios colmó las calles de Buenos Aires y varias ciudades del país, en una nueva Marcha Federal Universitaria. La consigna principal fue la defensa del financiamiento de las universidades públicas, ante la inminente decisión del presidente Javier Milei de vetar la Ley de Financiamiento aprobada por el Congreso Nacional.
Miles de personas se congregaron en las inmediaciones del Congreso, acompañadas por organizaciones políticas, sociales y sindicales, en una protesta que tuvo como eje central la exigencia de que el Gobierno garantice los recursos necesarios para el funcionamiento de las casas de altos estudios. La crisis educativa que atraviesa el país, reflejada en la precarización salarial docente y el deterioro de las condiciones del sistema científico, fue uno de los temas más destacados del documento que se leyó durante el acto central.
“La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”, rezaba el título del documento leído en la Plaza del Congreso por Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Durante la lectura, se destacó la importancia de las universidades públicas como pilares fundamentales para la movilidad social ascendente y el desarrollo nacional. La protesta no solo se concentró en la capital del país, sino que también tuvo réplicas en diferentes provincias, como Chubut, donde la rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia, Lidia Blanco, fue una de las principales oradoras.
Blanco subrayó la importancia de las universidades en el desarrollo de un país, desestimando el discurso que las califica como parte de la “casta”. “En los países desarrollados se invierte mucho más que en Argentina en educación superior, porque saben que es clave para el crecimiento”, afirmó la rectora, haciendo eco de uno de los principales reclamos de la movilización.
El acto contó con el apoyo de diversas agrupaciones políticas que, desde un escenario montado frente al Congreso, nombraron a las numerosas instituciones que se sumaron a la protesta. La movilización reflejó una vez más el compromiso de estudiantes, docentes y trabajadores por preservar la calidad de la educación pública, en un contexto de incertidumbre sobre su futuro.