MILEI DESTRUYE SUEÑOS: SIN VIVIENDA, SIN TRABAJO Y SIN FUTURO

La administración libertaria de Javier Milei sigue avanzando con su brutal ajuste sin medir las consecuencias sociales. En el marco de la llamada “Motosierra 2.0”, el Gobierno acaba de decretar el cierre de la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda, desatando un nuevo tsunami de despidos y dejando a miles de argentinos sin posibilidad de acceder a una vivienda digna.

La medida, oficializada a través del Decreto 70/2025 y publicada en el Boletín Oficial, implica la desvinculación de 500 empleados, en su mayoría contratados, según confirmó el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. Pero el golpe va mucho más allá: con la desaparición de la Secretaría, también se elimina el Plan Procrear y los fondos fiduciarios que sostenían los proyectos de vivienda social, dejando a miles de familias a la deriva.

“El sueldo promedio de los despedidos era de un millón de pesos”, justificó Sturzenegger, asegurando que el cierre del organismo permitirá un ahorro anual de $6.500 millones. Bajo la bandera de la eficiencia estatal, el Gobierno no duda en arrojar al desempleo a quienes dedicaban su labor a garantizar el acceso a un derecho básico como la vivienda.

Desde la asunción de Milei, más de 37.000 trabajadores estatales han sido expulsados del sistema, configurando un verdadero exterminio laboral. Según datos oficiales, 22.000 pertenecían a la Administración Centralizada y Descentralizada, 12.000 a empresas estatales y cerca de 3.000 a áreas de seguridad y defensa. El objetivo de la “austeridad” libertaria parece claro: reducir el Estado a su mínima expresión, sin importar el costo humano.

Sin embargo, la realidad es mucho más cruda de lo que el discurso oficial pretende mostrar. En un país donde más de 6 millones de personas viven en condiciones precarias o con hacinamiento, la eliminación de políticas públicas de vivienda es una condena a la marginalidad.

Mientras Milei y su equipo insisten en que la “libertad” del mercado solucionará los problemas estructurales del país, la realidad golpea sin piedad a quienes ya estaban al límite. Con el desmantelamiento del Estado, los sectores más vulnerables quedan librados a su suerte, sin herramientas para salir de la crisis.

El gobierno libertario ha dejado claro que la vivienda y el trabajo no están en su agenda. En su cruzada por achicar el Estado, está destruyendo la esperanza de miles de argentinos que hoy se encuentran sin empleo, sin techo y sin futuro.