En un plenario encabezado por José Ibarra, el histórico brazo político de la CGT alertó sobre el impacto devastador de las políticas del gobierno libertario en todas las actividades laborales y llamó a recuperar el peronismo desde sus raíces.
En un clima de creciente preocupación por los efectos sociales de la política económica del gobierno de Javier Milei, las 62 Organizaciones Peronistas reunieron a sus principales dirigentes en la sede de la entidad para delinear una hoja de ruta sindical y política con eje en la defensa irrestricta de los derechos laborales. La convocatoria fue encabezada por su secretario general, José Ibarra, también titular del sindicato de Choferes de Taxis, quien expresó con dureza su rechazo al ajuste libertario: “¿Cuánto tiempo más va a durar la mentira? Es una locura lo que está haciendo este gobierno”.
La reunión se dio en paralelo a la instalación del llamado “Consejo de Mayo”, promovido por el oficialismo como herramienta de concertación con ciertos sectores del poder, pero al que la dirigencia sindical observa con desconfianza. Ibarra fue tajante: “Que no vengan con el verso de la modernización laboral. Esa supuesta reforma no es más que un plan para eliminar derechos históricos. No vamos a acompañar un esquema que demoniza al trabajador argentino”.
Durante el plenario, los representantes de distintos gremios analizaron las consecuencias que ya se evidencian en rubros estratégicos como salud, seguridad, educación y transporte. “Cada actividad que tocamos tiene problemas. No se salva una sola rama del trabajo. La motosierra de Milei avanza sin piedad sobre los que menos tienen”, advirtió el dirigente.
Para Ibarra, las políticas del gobierno libertario contradicen la experiencia histórica del país: “Cuando Argentina estuvo entre los cinco países más importantes del mundo, fue bajo el gobierno de Juan Domingo Perón, con todos los derechos vigentes. Con aguinaldo, vacaciones, salud y educación. No fue con precarización ni flexibilización”.
El encuentro también sirvió para revisar la propia autocrítica del movimiento obrero peronista sobre los últimos años. Ibarra reconoció que el ascenso de Milei fue posible también por errores cometidos dentro del propio peronismo. “Nosotros no fuimos parte de las decisiones que se tomaron en nombre del peronismo. Las 62 Organizaciones llevamos propuestas, advertimos, pero no fuimos escuchados. Por eso, ahora más que nunca, es momento de reconstruir el peronismo desde sus raíces”.
La consigna de “no más candidatos a dedo” resonó fuerte entre los presentes, dejando en claro que, de cara al futuro, el sector sindical pretende tener voz propia en la construcción política del peronismo que viene. “Queremos un gobierno peronista, pero que venga de las bases, del verdadero peronismo, el que respeta al trabajador y no lo usa de escudo ni de excusa”, enfatizó el titular de los choferes.
Las 62 Organizaciones —históricamente identificadas como el brazo político de la CGT— mostraron así su decisión de no quedarse al margen del debate nacional. Para su conducción, el modelo que propone el gobierno nacional no sólo ataca conquistas laborales, sino que pone en juego el entramado social que sostiene a millones de familias argentinas.
“Cada vez que el peronismo se reconstruyó fue desde el dolor y desde la esperanza. Y acá estamos de pie, para dar la pelea. Esta vez, con más razón que nunca”, cerró Ibarra, entre aplausos y gestos de asentimiento de una dirigencia que promete volver al ruedo con fuerza, y que no quiere ser espectadora en un país que, una vez más, se debate entre dos modelos en pugna.