LA IGLESIA LE PONE FRENO AL LIBERTARISMO: GARCÍA CUERVA CUESTIONÓ CON DUREZA EL ABANDONO A LOS JUBILADOS

En un mensaje cargado de sensibilidad social y clara crítica al rumbo económico del gobierno libertario, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, volvió a alzar la voz en defensa de los sectores más vulnerables, con especial foco en los jubilados. “Una jubilación digna es una deuda moral y social que la Argentina arrastra hace años”, denunció con firmeza, en la antesala de la Pascua.

Durante una entrevista radial, el prelado insistió en que el sistema previsional actual no permite a los adultos mayores cubrir siquiera sus necesidades básicas. “No son descartables. Aportaron toda una vida y hoy no pueden ni comprar los remedios”, advirtió, al tiempo que llamó a tomar conciencia de la situación crítica que atraviesan millones de personas mayores cuyo haber mínimo apenas alcanza los $296.396.

En un claro gesto simbólico, García Cuerva lavó los pies de doce jubilados en la parroquia Virgen Inmaculada de Villa Soldati. La ceremonia del Jueves Santo, tradicional en el calendario cristiano, se convirtió este año en un fuerte acto de denuncia contra el deterioro de las condiciones de vida de los adultos mayores, y en un pronunciamiento implícito contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.

“Queremos reconocer su dignidad, que tengan medicamentos y todo lo que necesitan”, dijo al encabezar la celebración organizada junto a curas villeros y sacerdotes de barrios populares bajo el lema “A los pies de nuestros abuelos”. En su mensaje, el cardenal también citó a referentes eclesiásticos como Ángel Sixto Rossi y Marcelo Colombo, y hasta evocó palabras del propio Papa Francisco.

Lejos de neutralidades, el líder de la Iglesia porteña lanzó una interpelación directa a toda la clase dirigente. En la Misa Crismal celebrada en la Catedral Metropolitana, pidió “fortalecer la unidad nacional” frente a la “realidad compleja y desafiante” que vive el país. “Démosle el dominio político al corazón”, sostuvo ante más de 400 fieles, en un mensaje dirigido tanto a oficialistas como opositores, pero con evidente distancia del modelo que impulsa el actual gobierno.

Finalmente, rechazó la escalada de violencia verbal y polarización que atraviesa el escenario político. “Es clave que empecemos a tratarnos bien, por lo menos con respeto, con cordialidad. Tratemos de evitar la descalificación, la agresión verbal, que nos lleva también a la violencia”, advirtió.

Con cada gesto y cada palabra, García Cuerva reafirma su perfil como una de las voces más incómodas para el poder de turno. Y su prédica se aleja de la tibieza: interpela, molesta y, sobre todo, exige una respuesta.