Matías Cremonte, presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), se presentó ante el Palacio de las Naciones Unidas para expresar su preocupación por la situación laboral en Argentina. En su discurso, Cremonte criticó la Ley Bases y la calificó de “regresiva al siglo XIX”. Advirtió sobre la posible pérdida de empleos y derechos laborales en caso de aprobarse el paquete de medidas propuesto por el presidente Javier Milei.
Cremonte destacó que en la región coexisten la riqueza extrema y la absoluta pobreza, lo cual atribuyó a “una política de gobiernos neoliberales que colocan los Estados al servicio del capital.” Afirmó que las reformas laborales no crean empleo ni aumentan los salarios, sino que debilitan la protección laboral. Según Cremonte, “Argentina es en este momento el laboratorio del liberalismo mundial, promoviendo su utopía del mercado autoregulado.”
El abogado comparó la situación en Argentina con las reformas laborales en Chile, Perú y Brasil, que también han resultado en desempleo sin derechos. Criticó la reforma laboral en discusión en el Congreso Nacional, señalando que “no supone un mayor derecho o beneficio para las personas que trabajan.”
Cremonte cuestionó la eliminación de penalidades para empresarios que no registran una relación laboral, sugiriendo que esto no fomentará la registración laboral. También advirtió que ampliar el período de prueba aumentará la rotación y la precariedad laboral, y que legalizar el fraude laboral a través de la figura del “trabajador independiente” perjudicará los contratos de trabajo.
Además, Cremonte criticó la flexibilización de despidos discriminatorios, que solo requerirían una indemnización adicional en lugar de la reincorporación del trabajador.
Finalmente, Cremonte denunció que la reforma laboral argentina contradice el derecho internacional del trabajo, instando a la OIT a defender la acción colectiva y las libertades democráticas para garantizar el progreso y la justicia social.