TRAS UN FUERTE RECLAMO, PAMI PROMETE CONVOCAR A PARITARIAS

Cientos de trabajadores, en una jornada ejemplar de unidad y compromiso, lograron que el organismo se comprometiera a abrir la negociación salarial

Bajo un sol intenso y con una energía que se sintió desde temprano, cientos de trabajadoras y trabajadores del PAMI se congregaron este jueves frente a la sede central del organismo, sobre la tradicional avenida Corrientes. La postal fue contundente: banderas, bombos y aplausos de un movimiento gremial unido que, con paciencia y convicción, reclamó lo que hace más de un año les es negado —una actualización salarial justa y la apertura de paritarias—.

La jornada, organizada por los gremios UTI, ATE, SUTEPA y APAMIA, se desarrolló con un espíritu combativo pero sereno. El amplio operativo policial dispuesto por la Federal y la Policía de la Ciudad se limitó a custodiar la zona, sin que se registraran incidentes. La consigna fue clara: “salarios dignos, condiciones laborales y respeto por quienes sostienen el PAMI día a día”.

El clima de expectativa creció cuando tomó la palabra el secretario general de la UTI, Osvaldo Barreñada, recientemente reelecto y con el respaldo de las bases. Pero apenas pudo comenzar su discurso: una llamada desde las oficinas de la dirección interrumpió el acto. Las autoridades del Instituto, tras sentir la presión legítima de los trabajadores, convocaron a los representantes sindicales a una reunión de urgencia.

Minutos después, el propio Barreñada regresó al micrófono para dar la noticia más esperada: “Compañeros y compañeras, el PAMI se comprometió a convocar a paritarias”. La ovación fue inmediata. Los aplausos se mezclaron con cánticos que celebraban el paso adelante conseguido gracias a la organización colectiva.

El dirigente, sin embargo, fue claro: “Este es un primer logro fruto de la lucha. No bajaremos los brazos hasta que la convocatoria sea efectiva y los salarios recuperen el poder adquisitivo perdido”. Las palabras sintetizaron el espíritu del encuentro: un gremialismo activo, con propuestas, pero decidido a no ceder ante la indiferencia patronal.

La imagen final fue la de siempre en las grandes causas: trabajadores abrazados, rostros cansados pero satisfechos, y la certeza de que, cuando se actúa unidos, las conquistas comienzan a hacerse realidad.

“Esto demuestra que la unidad y la participación son el camino”, cerró Barreñada, mientras las columnas comenzaban a desconcentrarse pacíficamente, con la promesa de volver a las calles si la palabra empeñada por el Instituto no se cumple.

Porque, como recordó uno de los carteles que se alzaban entre la multitud, “sin trabajadores, no hay PAMI que funcione”.