Con la asunción de un nuevo triunvirato integrado por Jorge Sola, Cristián Jerónimo y Octavio Argüello, la central obrera mostró una imagen de unidad, renovación y defensa firme de los derechos laborales en medio de un escenario político desafiante. Las palabras de José Luis Lingeri marcaron el tono de modernidad y compromiso social del movimiento obrero.
La Confederación General del Trabajo (CGT) celebró este martes 5 de noviembre su Congreso Nacional en el estadio de Obras Sanitarias, donde más de mil delegados de todo el país participaron de la elección de nuevas autoridades. El encuentro, cargado de simbolismo político, consolidó a la central como el principal bastión de defensa de los derechos de los trabajadores en un contexto marcado por las reformas impulsadas por el Gobierno Nacional.

El flamante triunvirato que conducirá los destinos de la CGT quedó integrado por Jorge Sola (Sindicato del Seguro), Cristián Jerónimo (Sindicato del Vidrio, SEIVARA) y Octavio Argüello (Camioneros), quien gana protagonismo en esta nueva etapa signada por la necesidad de preservar las conquistas históricas del movimiento obrero frente a los desafíos del mundo del trabajo moderno.
Durante el acto, el secretario general del Sindicato de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, pronunció un discurso que sintetizó el espíritu de renovación que busca transmitir la nueva conducción. “Nosotros no somos antiguos, ni somos no auténticos. Sabemos que el mundo cambió, que el mundo es dinámico, que hoy está incorporada la tecnología, la robótica, la inteligencia artificial. Pero lo que no vamos a permitir es que se lleven por delante nuestros convenios colectivos, nuestras obras sociales. Eso es la defensa, la dignidad y el respeto que nos debemos cada uno de nosotros”, afirmó ante los aplausos de los delegados.
Lingeri también destacó el papel de las mujeres en la estructura sindical, subrayando que “las compañeras han hecho un trabajo magnífico dentro de la organización profesional de los trabajos. Han militado, han estado en la calle, han defendido la cuestión de género y eso también es un reconocimiento de esta Confederación”.
El histórico dirigente apuntó además al futuro, reivindicando la vigencia del peronismo como doctrina social y política del movimiento obrero: “Hoy tenemos la oportunidad de demostrarle a la ciudadanía y al Gobierno que el movimiento obrero está vivo, que todavía está presente, que lleva las banderas de Evita y Perón, y que no va a permitir el atropello a lo que hemos logrado a lo largo de la historia”.
En el cierre de su mensaje, Lingeri recordó la trayectoria de la CGT en sus 95 años de vida, resaltando su papel como interlocutora social y política. “Muchos nos acusaron de tibios o de estar ausentes, pero esta CGT estuvo en la calle, impulsó tres paros generales, movilizaciones sistemáticas y logró frenar el decreto 70 en su capítulo laboral. Hemos demostrado que la Confederación sigue siendo el corazón del movimiento obrero argentino”, enfatizó.
El Congreso también rindió homenaje a figuras históricas del sindicalismo y reconoció a los dirigentes que integraron el consejo directivo saliente, entre ellos Héctor Daer y Carlos Acuña, quienes fueron despedidos con una ovación.
El nuevo ciclo que se abre con la conducción de Sola, Jerónimo y Argüello apunta a fortalecer la presencia territorial y política de la central, aggiornando su discurso a los tiempos actuales sin renunciar a su identidad. “La CGT no se queda en el pasado: se adapta, se actualiza y defiende con inteligencia los derechos del presente”, resumió uno de los dirigentes de la mesa chica.
Así, la CGT sale de su Congreso reafirmando su esencia peronista, pero con una mirada moderna y una conducción renovada que promete combinar experiencia, juventud y convicción. En palabras de Lingeri, “el movimiento obrero argentino sigue de pie, con la historia en la memoria y el futuro en la agenda”.