La central obrera lanzó un llamado a las calles para el 18 de diciembre en defensa de los derechos conquistados. Con un mensaje desafiante hacia la Casa Rosada y una postura unificada, la CGT prepara una demostración de fuerza que busca frenar los cambios impulsados por el Gobierno.
La Confederación General del Trabajo confirmó este jueves una movilización masiva para el 18 de diciembre en Plaza de Mayo y en todas las provincias, en rechazo al proyecto de reforma laboral que el Gobierno envió al Congreso. Será la primera respuesta organizada del movimiento obrero ante un texto que, aseguran, amenaza pilares históricos de la legislación laboral argentina.
La convocatoria se decidió en la sede de Azopardo 802 tras una reunión extensa del Consejo Directivo, encabezada por el triunvirato compuesto por Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello. Según dirigentes presentes, el clima fue de rechazo total al proyecto oficial y de convicción absoluta de que la calle debe ser el escenario principal de la resistencia sindical.
El proyecto de reforma laboral remitido por el presidente Javier Milei plantea modificaciones profundas: cambios en las indemnizaciones, flexibilización en la contratación, alteraciones en los aportes patronales y una reconfiguración del sistema de negociación colectiva. Para la CGT, cada uno de esos puntos erosiona derechos esenciales y abre la puerta a un modelo laboral sin garantías ni protección real para los trabajadores.
En este contexto, la conducción cegetista decidió dar un golpe de efecto político. La marcha del 18 será —sostienen— una señal contundente al Congreso y al Poder Ejecutivo sobre los límites que el movimiento obrero está dispuesto a imponer. “No podemos permitir un retroceso que desproteja al trabajador argentino; la respuesta tiene que ser fuerte y unificada”, expresó la dirigencia tras el encuentro.
La central obrera ya activó su red territorial para que la convocatoria se replique en cada provincia, con la intención de mostrar músculo federal y cohesión interna. La estrategia combina presión callejera con negociaciones parlamentarias junto a sectores opositores, pero deja en claro que, si no se introducen cambios sustanciales al proyecto, el conflicto escalará.
En el análisis de la CGT, la reforma laboral es apenas uno de los frentes de disputa que se abrirán en las sesiones extraordinarias. El Gobierno buscará aprovechar la nueva composición del Congreso para avanzar con un paquete amplio de transformaciones estructurales, entre ellas las vinculadas al mercado laboral.
La movilización del 18, advierten en Azopardo, será el primer termómetro de una puja que recién empieza. Para la cúpula sindical, lo que está en juego no es solo una ley, sino un modelo de país. Y, frente a lo que consideran un intento de retroceso histórico, la respuesta será colectiva, visible y en las calles.