La salida de Pablo Moyano del triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT) sacudió al gremio de los camioneros y obligó a su padre, Hugo Moyano, a tomar una decisión que había evitado durante años: regresar al liderazgo de la central obrera. Con 80 años, el histórico líder del gremio vuelve a ocupar un lugar clave en la conducción cegetista, tras la negativa de varios dirigentes de confianza para asumir el puesto vacante.
La renuncia de Pablo Moyano, anunciada el 22 de noviembre, dejó un vacío que, por estatuto, debía ser ocupado por un representante del gremio de Camioneros. Sin embargo, Hugo Moyano enfrentó más rechazos de los esperados al ofrecer el cargo. Marcelo Aparicio, Omar “Manguera” Pérez y Jorge Taboada, dirigentes con trayectoria en el sindicato, declinaron asumir el rol, citando compromisos políticos o desconfianza hacia los actuales triunviros, Héctor Daer y Carlos Acuña.
Finalmente, Moyano padre decidió reconsiderar su negativa inicial y asumió la responsabilidad, aunque todavía se espera el anuncio oficial y una reunión clave con la “mesa chica” de la CGT.
El regreso de Moyano ocurre en un contexto sindical marcado por un perfil dialoguista de la central obrera con el gobierno nacional, postura que generó fuertes críticas desde sectores más combativos. La implementación del autoservicio en estaciones de servicio, que podría afectar a unos 70 mil trabajadores, es uno de los ejemplos que enarbolan los detractores de esta estrategia de conciliación. Carlos Acuña, titular del gremio de trabajadores de estaciones de servicio y uno de los triunviros, ha mantenido silencio frente a esta medida, lo que alimenta el malestar interno.
Para Moyano, el desafío no solo será recuperar la iniciativa de la CGT en defensa de los derechos laborales, sino también contener a una base sindical que exige acciones concretas frente a un gobierno que, según denuncian, no prioriza los intereses de los trabajadores.
Pablo Moyano decidió abandonar el triunvirato luego de meses de tensiones internas. Su renuncia, motivada por el descontento con las decisiones de la “mesa chica”, marcó una ruptura con el perfil moderado que adoptaron sus compañeros de conducción. El hijo del histórico líder camionero apostaba por retomar medidas más confrontativas, como las movilizaciones y paros que caracterizaron a la CGT en enero pasado.
Sin embargo, esta vez Hugo Moyano permitió que su hijo abandonara el cargo, marcando una diferencia con lo ocurrido en 2022, cuando lo convenció de permanecer en la conducción de la central obrera.
El regreso de Hugo Moyano plantea interrogantes sobre el futuro de la CGT. ¿Podrá el líder camionero equilibrar su experiencia con las demandas de un sindicalismo más activo y combativo? ¿Logrará unir a una CGT fragmentada por intereses diversos?
En un escenario donde las tensiones sociales y laborales no dan tregua, el liderazgo de Moyano será clave para definir el rumbo de la central obrera y su capacidad de incidencia en un país que enfrenta desafíos económicos profundos.