Con una demostración de fuerza que paraliza desde esta madrugada toda la operatoria portuaria del país, el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) se convirtió en el principal protagonista de la jornada de lucha convocada por la Federación Sindical Marítima y Fluvial (FESIMAF) en rechazo al decreto presidencial 340/2025.
La medida de fuerza, que se extiende durante todo el martes 27, fue impulsada con fuerza por el SOMU, gremio mayoritario del sector, y cuenta con la adhesión de los trabajadores de remolcadores, prácticos, empuje y personal embarcado, lo que en la práctica implica una parálisis casi total del tráfico de buques en los puertos argentinos.
“El decreto es un ataque directo a nuestra soberanía, a los derechos laborales conquistados y al trabajo nacional”, aseguraron desde la conducción del SOMU. El gremio cuestiona con dureza la reciente normativa, que habilita a los armadores a abandonar temporariamente la bandera argentina sin perder la matrícula local, flexibiliza la contratación de tripulación y reduce sustancialmente las posibilidades de ejercer el derecho a huelga al declarar como “servicio esencial” a gran parte de la actividad marítima y fluvial.
Desde el sindicato que conduce Raúl Durdos remarcaron que la nueva disposición “abre las puertas a una extranjerización de la marina mercante nacional, deja desprotegidos a los trabajadores y consolida un modelo de precarización en nombre de una supuesta competitividad”.
El Decreto de Necesidad y Urgencia 340/2025, publicado por el Gobierno la semana pasada, introduce un Régimen de Excepción para la Marina Mercante, modifica la Ley de Navegación y pone límites estrictos a la huelga, exigiendo mantener el 75% de las operaciones aún durante conflictos laborales.
En respuesta, el SOMU junto a otros sindicatos de la FESIMAF definieron una jornada de paro total que se cumple con alto acatamiento. Según informaron fuentes gremiales, solo se garantizan guardias mínimas para casos de emergencias, operaciones con buques tanques y situaciones críticas.
Desde las primeras horas del día, decenas de embarcaciones permanecen fondeadas, sin poder ingresar a puerto ni operar, mientras que otras ya en muelle fueron forzadas a detener sus tareas.
“Es un paro histórico”, evaluaron desde el SOMU, señalando que la protesta no es solo por los intereses del sector marítimo, sino “en defensa del trabajo argentino y de la soberanía nacional en nuestras aguas”.
Los dirigentes del sindicato anticiparon que, de no haber una respuesta del Ejecutivo, se profundizará el plan de lucha con nuevas acciones en todo el país.
Así, el SOMU se coloca nuevamente en el centro del escenario gremial, asumiendo un rol protagónico en la resistencia sindical al modelo de desregulación que impulsa el Gobierno nacional.