El diálogo entre el Gobierno y la CGT no es lineal ni está exento de tensiones. Mientras desde la Casa Rosada se busca imponer un techo paritario del 1% bajo la dirección del ministro de Hacienda, Luis “Toto” Caputo, dentro de la central obrera crecen las voces que exigen una postura más combativa. La reciente participación de la CGT en la marcha antifascista del último sábado envalentonó a sectores que reclaman un rol más activo en defensa del poder adquisitivo de los trabajadores.
En la sede de la calle Azopardo, si bien se reconoce la importancia del diálogo institucional con el oficialismo, algunos dirigentes consideran que es el momento de mostrar iniciativas con “un rol protagónico”, según comentó un integrante de la mesa chica cegetista.
El escepticismo también se extiende a la posibilidad de que el esquema paritario del Gobierno tenga éxito. La Secretaría de Trabajo ha dejado en claro que no homologará acuerdos salariales que superen el límite impuesto por Economía, pero desde los gremios advierten que las bases no aceptarán semejante restricción.
Uno de los primeros en desafiar esta política fue Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT y secretario general de Sanidad, quien logró cerrar un acuerdo del 11,4% en tres tramos (4%, 3,8% y 3,6%) para el período octubre-diciembre. Sin embargo, la Secretaría de Trabajo no homologó el convenio, aumentando la incertidumbre en el sector.
Otros sindicatos también anticipan conflictos. Octavio Argüello, representante de Camioneros en la CGT, rechaza de plano el esquema propuesto por el Gobierno y se prepara para dar pelea. En la misma línea, Sergio Romero, de la Unión de Docentes Argentinos (UDA), ya advirtió que no aceptará firmar un acuerdo con el 1% que propone la administración libertaria. “Hay docentes con salarios de pobreza, que ganan 400 mil pesos. No vamos a aceptar el 1%”, remarcó.
Mientras la tensión sindical crece, Luis Barrionuevo, referente de Gastronómicos, avanza en su propio juego político con la creación del Movimiento Nacional Sindical Peronista, integrado exclusivamente por cuadros gremiales. El dirigente lanzó su partido en un acto en Mar del Plata, aunque sin el respaldo de los principales líderes de la CGT. Hugo Moyano (Camioneros) y Andrés Rodríguez (UPCN) optaron por no asistir, dejando en claro su falta de interés en el armado político de Barrionuevo.
El escenario gremial se encuentra en ebullición y la resistencia al techo paritario del Gobierno parece consolidarse. La incertidumbre sobre el rumbo de las negociaciones y la posibilidad de medidas de fuerza empiezan a cobrar fuerza dentro de la CGT, marcando una escalada en la pulseada con la administración de Javier Milei.