REFORMA LABORAL: EL SUEÑO HUMEDO LIBERTARIO

(Por Santiago Carreño Delegado de UPCN) – El sueño húmedo de la reforma laboral sacude los cimientos de la Patria desde que el envión anímico de las últimas elecciones les diera al gobierno libertario un último changüi ante la sociedad. La tan famosa reforma laboral había sido frenada en época del Macrismo por la CGT y frenada, por la misma organización en esta época, habiéndose podido paralizado el capítulo laboral del Decreto 70/2023.

Las propuestas, que todavía no se conocen, deberán ser sometidas a deliberación en el Congreso.

No obstante el secretismo del borrador no hay que tener mucha visión para saber que el espíritu de la tan ansiosa reforma consiste en socavar todavía más los derechos que nos quedan a los trabajadores y destruir el andamiaje legal de la estructura del mundo del trabajo en nuestro país, evaporando los últimos vestigios del Peronismo y de un Estado con Justicia Social.

Modificar la Ley de Contrato de Trabajo, los Convenio Colectivos, la Negociación Colectiva, las Obras Sociales y otra batería de normativas afianzadas en el alma del Pueblo Argentino solamente dejará a los trabajadores en inferioridad de condiciones ante la patronal, que cada vez es más extranjera y menos nacional y atomizará al pueblo trabajador para que tenga que negociar individualmente, y cada vez en peores condiciones, con su Patrón, retrocediendo más de 100 años en la historia, al sueño de los desalmados, donde los trabajadores hacían jornadas de 14 a 16 horas, sin derechos, garantías, salud, descanso, ocio, en suma, sin vida.

Los casos de La Forestal, La Patagonia rebelde, Los mensú de la mesopotamia, La Semana Trágica, con sus miles de muertos del movimiento obrero, del pueblo trabajador, atestiguan las décadas de lucha para desterrar el injusto espíritu liberal del alma de la Patria.

El General Perón nos legó el Modelo Sindical Argentino, ejemplo para el mundo, el más avanzado en su momento, en donde las agrupaciones de trabajadores, unidos en sindicatos por rama de oficios o actividad pudieron crear organizaciones poderosas que permitieron unificar convenios, escalas y salarios, no dejando a ningún trabajador por más lejano que estuviera sin cubrir con el mínimo de dignidad establecido en la normativa. Los sindicatos generaron organizaciones autónomas, con autarquía política y financiera, posibilitando no solo esas normativas y convenios, también la recreación de sus afiliados, con predios y hoteles, la salud, la capacitación y la defensa de la totalidad de sus intereses. Como diría Martín Fierro en el pilar de nuestra tradición. “Si los hermanos se pelan los devoran los de afuera.”

Somos materia y espíritu. La Persona Humana debe cumplir con responsabilidad y sacrificio su jornada pero manteniendo el tiempo de ocio necesario para que pueda desarrollarse íntegramente, individual y familiarmente. Para el liberalismo y los dueños del dinero los trabajadores tienen que ganar lo mínimo posible a fin de que cumplan con lo justo las condiciones de descanso y recuperación, y así re invertir las utilidades y que la burbuja del crecimiento y la multiplicación del dinero no descanse. En nuestra doctrina y en nuestro pueblo este espíritu de explotación, que tanto mal le hizo a la humanidad ya ha sido reemplazado por el espíritu de colaboración. Tanto entre capital y trabajo como entre patrones y trabajadores.

Verdades Peronistas:
4º) No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.
5º) En la NUEVA ARGENTINA el trabajo es un derecho, y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
16º) Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ‚ésta al servicio del bienestar social.

La flexibilización laboral, con la apertura total de la economía, no hará crecer los puestos de trabajo, sino, solamente, poder multiplicar exponencialmente las ganancias de las multinacionales que girarán libremente sus dividendos al exterior sin invertir ni desparramar las migajas en nuestro suelo. Mientras que la extrema libertad de comercio y de importaciones desangra a las pocas empresas e industrias redituables que nos quedan y que cierran sus puertas días a días dejando en la calle a cientos de miles de compatriotas.

La reforma sólo permitirá que el capital super concentrado pueda penetrar más, adueñarse más, monopolizar más y destruir al poco capital nacional que queda, que pelea y se perpetua.

Con estas intenciones los trabajadores no podemos esperar sino perder y entregar las últimas defensas que nos quedan: El Modelo Sindical Argentino encarnado en la Confederación General del Trabajo.

Solamente más empleo de calidad, basado en la producción, la industria y el trabajo dará soluciones a nuestra marchita realidad. Tenemos que cambiar trabajo extranjero por trabajo realizado en nuestro suelo, sólo posibilitado por una razonable protección comercial y de esta manera generar una expansión sobre nosotros mismos. Así se posibilitará acrecentar el trabajo genuino real y formalizar e incorporar a los compañeros de la economía informal.