PREOCUPACIÓN EN EL GOBIERNO: LA CONFIANZA CIUDADANA SUFRE UNA FUERTE CAÍDA

El nivel de confianza en el gobierno ha mostrado en los últimos meses una tendencia a la baja que genera preocupación dentro de la propia administración. Según el estudio del Índice de Confianza Gubernamental (ICG) realizado por la Universidad Di Tella, la medición de agosto de 2025 registró 2,12 puntos, lo que implica una caída del 13,6% respecto del mes anterior. Este nivel se ubica intermedio en comparación con gobiernos anteriores: 16,3% menor que en agosto de 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri, y 14,3% superior al de agosto de 2021, en la gestión de Alberto Fernández.

El primer semestre del año ya mostraba fluctuaciones que reflejaban un panorama de inestabilidad. En enero de 2025, la confianza se encontraba en 2,61 puntos, con un descenso del 1,9% respecto de diciembre de 2024. Meses posteriores continuaron alternando subidas y bajas: febrero cerró con 2,56 puntos, marzo con 2,42, y abril descendió a 2,33 puntos.

Este patrón de altibajos refleja la percepción ciudadana frente a la dinámica política y económica del país. Julio mostró un repunte de 4,9% respecto de junio, llegando a 2,45 puntos, pero agosto registró el retroceso más significativo del año. Voceros de la Universidad Di Tella explican que la caída podría estar vinculada a la sensación de que las políticas gubernamentales aún no logran responder a problemas económicos y sociales de la población.

Al comparar con gobiernos anteriores, se observa que, pese a la caída, la confianza sigue siendo superior a los niveles registrados durante la gestión de Alberto Fernández, aunque inferior a los de 2017 bajo Macri. Esto refleja que, aunque no se alcanza un mínimo histórico, la tendencia preocupa al gobierno por su rapidez y magnitud.

El ICG mide no solo la percepción política, sino también la expectativa sobre la economía y la capacidad del Estado para ofrecer soluciones efectivas. La baja del 13,6% en agosto evidencia que, incluso si los indicadores económicos no muestran colapso inmediato, la ciudadanía percibe un deterioro en la confianza institucional.

Analistas consultados por este medio destacan que caídas pronunciadas, como la de agosto, anticipan mayores desafíos para la gestión gubernamental. “Cuando la confianza cae abruptamente, afecta tanto la política como el ánimo de consumo y las decisiones económicas de los hogares”, indicó un experto en opinión pública.

La comparación interanual es compleja: aunque los niveles actuales superan algunos registros de la gestión Fernández, la tendencia descendente de los últimos meses pone de relieve la volatilidad y la preocupación dentro del gobierno por mantener su legitimidad ante la ciudadanía.

En este contexto, la administración enfrenta el desafío de recuperar credibilidad y transmitir señales claras de gestión, ya que la confianza ciudadana se ha mostrado sensible a cualquier indicio de inacción o incertidumbre, y su caída podría traducirse en un mayor escepticismo frente a futuras políticas públicas.