LA TRAGEDIA SOCIAL SE INSTALA FRENTE A LA CASA ROSADA

Familias enteras viven en la calle mientras crece la miseria y el abandono; el régimen libertario de Milei profundiza la crisis social y la desigualdad.

La crisis social y económica que atraviesa la Argentina ya no se percibe en estadísticas ni informes técnicos: se ve en las calles, frente a la mismísima Casa Rosada, donde familias enteras —con niños, ancianos y trabajadores desocupados— sobreviven en condiciones extremas. El paisaje urbano de Buenos Aires se ha convertido en una dolorosa postal de la descomposición social que avanza sin freno.

La Asociación de Periodistas y Comunicadores de la República Argentina (Apycra) difundió un comunicado en el que alerta sobre “una crisis humanitaria sin precedentes”, responsabilizando directamente al gobierno de Javier Milei. “El denominado régimen libertario, vinculado políticamente a Donald Trump y al capital financiero internacional, está dejando un país devastado, con una indigencia que crece de forma acelerada”, señala el texto.

Según la entidad, millones de personas ya no cuentan con lo básico para vivir: techo, abrigo ni un plato caliente. Las escenas de madres cocinando en veredas y chicos durmiendo bajo cartones frente a la sede del Poder Ejecutivo se multiplican, reflejando el derrumbe del tejido social.

Apycra advierte que “la insensibilidad social y el odio de clase” se convirtieron en las marcas distintivas de un gobierno que ajusta al pueblo “para pagar deudas ajenas”, mientras la nación “se degrada y se convierte en una colonia económica del poder extranjero”.

El panorama es desolador también en el interior del país, donde el cierre de fábricas, la paralización de obras públicas y el aumento del desempleo empujaron a miles de familias a la marginalidad. Desde Tucumán hasta Mendoza, se replican los mismos testimonios: hambre, desamparo y desesperanza.

“Estamos frente a un escenario de catástrofe social y emergencia nacional”, enfatiza Apycra, que reclama la adopción urgente de políticas humanas y un Estado presente “para defender la dignidad del pueblo argentino”.

Mientras tanto, frente a Balcarce 50, el corazón político de la Nación, la tragedia se hace visible todos los días: los que antes pedían trabajo, ahora piden pan.