La posibilidad de un fallo de la Corte Suprema que inhabilite política y electoralmente a Cristina Fernández de Kirchner encendió las alarmas en todo el movimiento obrero organizado. Gremios de peso como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Smata, la Bancaria, Sitraju, ATE Capital y decenas de regionales de la CGT ya se declararon en estado de alerta y movilización. El mensaje es claro: no se trata solo de Cristina, se trata de defender la democracia.
Desde la UOM, su secretario general Abel Furlán denunció que la Corte busca transformarse en “el brazo ejecutor de los verdaderos dueños del poder”, en una ofensiva para acallar la voz de quien representa a millones. “No soportan que siga de pie, enfrentando a Milei, Macri, Magnetto y las corporaciones”, sostuvo el gremio en un comunicado que respira convicción.
Mario “Paco” Manrique, del Smata, fue contundente: “No podemos permitir que una justicia desprestigiada decida por encima de la voluntad popular. Esta proscripción sería un atropello al pueblo argentino”.
La diputada nacional y dirigente sindical Vanesa Siley fue aún más categórica: “Si se consuma esta maniobra, vamos a parar, marchar y movilizarnos. Proscribir a Cristina es proscribir a todo un pueblo que la quiere votar”.
Aunque la conducción nacional de la CGT aún no emitió un pronunciamiento —algunos de sus miembros están participando en la asamblea de la OIT en Europa—, el movimiento obrero en las provincias ya comenzó a levantar la voz. Regionales de la CGT en Chivilcoy, Neuquén, Ushuaia y el conurbano bonaerense se manifestaron en defensa de la ex presidenta y en repudio a la persecución judicial.
“El ataque a Cristina busca disciplinar a todos los que nos animamos a enfrentar a los poderes reales”, sostuvo la CGT Regional Oeste. “Como no pudieron matarla, ahora la quieren presa”, advirtieron.
Desde la CGT de Neuquén el mensaje fue claro: “Hoy vienen por Cristina. Mañana vendrán por todos los que queremos una Argentina con justicia social, salud, educación y derechos para todos”.
El movimiento sindical anticipa que está dispuesto a movilizar y paralizar el país si avanza lo que consideran una maniobra antidemocrática. La defensa de Cristina Kirchner se convierte así en la defensa de los derechos políticos de todo un pueblo. Porque cuando se proscribe a una candidata amada por millones, no se ataca solo a una persona, se ataca la esencia misma de la democracia.