LA CGT CELEBRA 95 AÑOS Y REAFIRMA SU ROL FRENTE A LOS DESAFÍOS DEL MUNDO LIBERAL

(Tomás Casanova) – A 95 años de su fundación, la Confederación General del Trabajo reivindica su historia de lucha y pone el foco en el presente: la defensa de los derechos adquiridos y la unidad del movimiento obrero frente a la avanzada neoliberal e individualista que amenaza con debilitar la dignidad de los trabajadores. Con la renovación de autoridades en agenda, la central sindical busca actualizar su protagonismo de cara al futuro.

El 27 de septiembre de 1930 nacía la CGT como respuesta a un país convulsionado. Nueve décadas y media después, la central sindical más importante de la Argentina conmemora su aniversario con un doble gesto: mirar hacia atrás para reconocer el camino recorrido y proyectarse hacia adelante como garante de derechos en tiempos de incertidumbre.

Desde aquel inicio hasta la histórica alianza con Juan Domingo Perón, que colocó a los trabajadores en el centro de la vida política nacional, la CGT consolidó un legado que hoy cobra una renovada vigencia. El ideario peronista —que vinculó al Estado con los sindicatos y amplió las conquistas sociales— es evocado como faro en un presente marcado por discursos que promueven la flexibilización laboral y la desregulación de las relaciones de trabajo.

En la actualidad, la central enfrenta un escenario desafiante: la ofensiva de políticas neoliberales que buscan transformar al trabajador en un individuo aislado, debilitando la organización colectiva y relativizando derechos conquistados con décadas de lucha. Como advirtió el cotitular de la CGT, Héctor Daer, “si avanzan sobre los derechos sindicales, vamos a tomar medidas”, dejando en claro que no habrá tolerancia frente a intentos de arrasar con la estructura sindical ni con los convenios colectivos.

La renovación de autoridades prevista en la agenda interna es leída como una oportunidad estratégica. No solo se trata de definir un nuevo esquema de conducción, sino de reafirmar que el movimiento obrero, en su pluralidad, debe dar respuestas concretas frente a la precarización, el desempleo y la fragmentación social. En ese sentido, Daer también sorprendió al anunciar que no buscará otro mandato en ATSA Buenos Aires: “tenemos que generar un recambio”, sostuvo, señalando que la renovación dirigencial es clave para encarar los tiempos que vienen.

La situación social aporta dramatismo al diagnóstico. El dirigente Sergio Romero, de la Unión Docentes Argentinos y miembro del Consejo Directivo de la CGT, graficó que “hay muchos trabajadores que están ganando salarios debajo de la línea de pobreza y casi cerca de la indigencia”, y agregó: “la mayoría no llega a fin de mes, a mitad de mes ya están en dificultades”. Esa radiografía pone de relieve que el desafío ya no es solo preservar derechos, sino hacerlos efectivos en un contexto donde la inflación y la informalidad golpean de lleno el bolsillo obrero.

A nivel internacional, la CGT también hizo escuchar su voz. En la reciente Conferencia Internacional del Trabajo, el secretario adjunto Andrés Rodríguez denunció que “el Estado está destruyendo su rol en la sociedad” y reclamó unidad sindical para resistir el avance de modelos de país que recortan derechos y debilitan la negociación colectiva. “La unidad es clave para el futuro”, insistió Rodríguez, en sintonía con la necesidad de consolidar la representatividad de la central en tiempos de recambio político.

La propia CGT, en documentos recientes, dejó planteada su brújula: exigió respeto por los artículos 14 y 14 bis de la Constitución, por las paritarias libres y por la plena vigencia de los convenios colectivos. “Ninguna crisis puede ser la oportunidad para arrasar con los derechos fundamentales de todos los argentinos”, afirmaron en un comunicado conjunto con otras organizaciones sociales. “No defendemos privilegios, defendemos el derecho a trabajar dignamente”, remarcaron, alineando pasado y presente en un mismo mensaje.

“Sin trabajo digno no hay futuro posible”, repiten los referentes sindicales como consigna. Esa frase sintetiza la convicción de que, frente a un mundo que promueve el individualismo como norma, la única herramienta capaz de equilibrar fuerzas es la organización solidaria del movimiento obrero.

A 95 años de su fundación, la central sindical vuelve a ocupar el centro de la escena con un mensaje claro: defender la dignidad del trabajo es defender la dignidad de la Nación. Y lo hace con la mirada puesta en el porvenir, sabiendo que la historia pesa, pero el futuro se construye día a día en la lucha organizada de los trabajadores argentinos.