El titular de los farmacéuticos, Marcelo Peretta, apoyado por Miguel Ángel Pichetto y el senador Marcelo Pagotto, impulsa un cambio en el sindicalismo tradicional, con el objetivo de abrir la competencia y permitir que los trabajadores elijan su representación sin monopolios.
Marcelo Peretta, el dirigente sindical de Farmacéuticos y Bioquímicos, se distancia de la figura clásica del sindicalismo “gordo” al abogar por un enfoque que permita la libre competencia y cuestiona el monopolio de sindicatos tradicionales que captan trabajadores de manera excluyente. Su propuesta, respaldada por el diputado Miguel Ángel Pichetto y el senador Marcelo Pagotto, apunta a transformar el sindicalismo con una reforma que favorezca la libertad de elección, buscando eliminar el “unicato” sindical que, en palabras de Peretta, mantiene un modelo de poder concentrado y sin competencia desde 1945.
La competencia sindical como base para un sindicalismo renovado
Peretta sostiene que el sindicalismo actual requiere una reforma que ponga fin al poder desmedido de los sindicatos que, según él, funcionan como monopolios, absorbiendo afiliados de sectores que deberían estar representados por otros gremios de base. Peretta enfatiza que el “modelo patoteril” ya no debe ser el camino, y sostiene que el sindicalismo debe seducir a los trabajadores con beneficios tangibles, como mayores ingresos y estabilidad laboral, en lugar de imponer cuotas sindicales sin opción de elección.
La propuesta de Peretta ha encontrado eco en figuras políticas como Pichetto, quien ve en esta reforma un paso hacia la reconstrucción de una economía laboral competitiva y un resurgimiento de la Argentina productiva. Para Pichetto, el sindicalismo debería democratizarse y evitar las relaciones indefinidas en los puestos de poder. “El sindicalismo actual necesita una cirugía mayor”, sostiene Peretta, quien también propone modificar el actual sistema de convenios colectivos, al que describe como “lobista” y “acumulador de poder”, sin relación con las verdaderas ramas de actividad.
La resistencia al cambio no ha tardado en hacerse sentir. En gremios como el de los vigiladores privados, los dirigentes tradicionales y los nuevos líderes se enfrentan en elecciones que han desatado una competencia “caliente”. Christian López, un joven dirigente cercano a la familia Moyano, se enfrenta a desafíos significativos en su intento de competir en las próximas elecciones sindicales de su sector.
Juan Carlos “Oso” Brite, quien apoya al gobierno de Javier Milei, coincide en la necesidad de un sindicalismo que refleje las ramas y actividades específicas, en lugar de permitir que sindicatos grandes absorban sectores laborales ajenos. Brite subraya que es necesario “desregular” los convenios colectivos para que los sindicatos se centren en sus áreas correspondientes.
La propuesta de Peretta y el respaldo de líderes políticos y gremiales marcan un posible cambio de rumbo en el sindicalismo argentino, que podría avanzar hacia un modelo de mayor competencia y libertad de elección para los trabajadores.