ARIETTO TUVO QUE HUIR DE VASSALLI DESPUÉS DE HACERSE LA PICANTE CON TRABAJADORES

La abogada de Milei quiso arengar contra los obreros en Firmat, pero terminó escapando entre gritos. La fábrica debe tres meses de sueldos y los libertarios ya no pueden pisar la calle tras el escándalo de coimas de Karina Milei.

Florencia Arietto llegó a Firmat con el libreto de siempre: hablar de “mafias sindicales” y victimizar empresarios. Pero esta vez, la jugada le salió pésimo. La abogada, ahora alineada a La Libertad Avanza, desembarcó en la puerta de la emblemática fábrica de tractores Vassalli creyendo que iba a hacer un show para Instagram. Se encontró, en cambio, con trabajadores hartos de tres meses de sueldos impagos, aguinaldo sin cobrar y aumentos pateados.

La planta, que supo ser símbolo del industrialismo argentino, atraviesa una crisis feroz: recesión, tasas por las nubes y la apertura indiscriminada de importaciones. Con 290 familias colgando de un hilo, los operarios decidieron ir a la huelga. Y ahí apareció Arietto, “para pudrirla”, como ella misma dijo en un video mañanero: “Estamos saliendo, 7 de la mañana, para Firmat, a recuperar la fábrica argentina, el orgullo Vassalli, de la mafia sindical de la UOM, el que la hace la paga”.

Pero cuando intentó arengar contra los delegados, el tiro le salió por la culata: los trabajadores la dejaron hablando sola y empezaron a gritarle que se vaya. La “picante” abogada terminó apurada, juntando sus cosas y retirándose bajo una lluvia de reproches. Un papelón monumental.

Mientras Arietto intentaba demonizar a los obreros, en Firmat todos sospechan del verdadero plan de los dueños de Vassalli: cerrar la planta, quedarse con la marca y traer máquinas importadas, algo que quedó facilitado por la desregulación de Sturzenegger que habilitó la entrada de equipos usados, con riesgo sanitario y en claro perjuicio para la industria nacional.

Peor aún: la propia Arietto blanqueó en una entrevista que, si fuera por ella, “dinamitaría la empresa” antes de que cayera en manos de la UOM. Una declaración que confirma de qué lado de la trinchera está: nunca del lado de los trabajadores.

El bochorno de Firmat se suma a una lista que empieza a ser tendencia en la política libertaria. Desde que estalló el escándalo por coimas que salpica a Karina Milei y a los Menem, con audios comprometedores de Spagnuolo circulando por todos lados, los referentes del oficialismo no pueden caminar tranquilos por la calle.

Ya se vio a José Luis Espert huyendo en una motito por Lomas de Zamora. También a Karina Milei y Martín Menem escapando en Corrientes. Ahora le tocó a Arietto, que salió corriendo de la puerta de Vassalli, ridiculizada por los propios trabajadores que ella quiso enfrentar.

Lo de Arietto en Firmat es más que un episodio bochornoso: es el retrato de un gobierno que se autoproclamó “anticasta” pero que se hunde entre coimas, negocios turbios y un desprecio absoluto por los derechos laborales. Mientras Karina Milei aparece en los audios del escándalo de corrupción, sus voceros locales —como Arietto— intentan desviar la atención atacando a los trabajadores.

La realidad, sin embargo, es contundente: la verdadera dignidad está en los obreros que defienden sus salarios, no en los operadores que hacen shows para Instagram. Por eso, cada vez que pisan la calle, los libertarios terminan huyendo. La gente ya entendió quién es la verdadera casta.