(Por Tomás Casanova – El Delegado) – En el Día del Trabajador Camionero, que se celebra este 15 de diciembre, la conmemoración estuvo lejos de limitarse a un saludo protocolar. El triunviro de la CGT y dirigente camionero, Octavio Argüello, utilizó la fecha para lanzar una dura advertencia sobre el rumbo de las políticas laborales y denunciar lo que definió como un proceso de retroceso de derechos “disfrazado de modernización”.
Desde una mirada profundamente anclada en la realidad del interior productivo, Argüello puso en contexto el debate sobre la jornada laboral. “Yo vivo en un pueblo y ahí todos trabajan 12 horas. En el campo, en la recolección, arriba de un camión, en un tractor o en un mosquito. Nadie se sorprende por eso”, afirmó. Y agregó: “Entonces, ¿qué nos vienen a vender con la idea de la jornada extensa como algo nuevo? Esto no es una reforma ni una modernización: es una historia vieja, es la dictadura del derecho”.

El dirigente fue más allá y cuestionó el origen de estas iniciativas. Según sostuvo, responden a intereses externos y a una matriz conocida. “Esto está hecho por pedido de esa campaña que fue la empleada antepasada de Estados Unidos”, lanzó, y remarcó que “son los mismos actores y las mismas políticas económicas de siempre”.
Uno de los puntos más sensibles de sus declaraciones estuvo centrado en el lenguaje utilizado en los proyectos de reforma. Argüello advirtió sobre el cambio “astuto” de palabras clave. “No es lo mismo decir ‘deberán’ que ‘podrán’. Cambiar una palabra parece menor, pero en la práctica deja al trabajador solo, negociando individualmente frente a una patronal con todo el poder”, explicó. “¿Qué fuerza real tiene un laburante para discutir en esas condiciones?”, se preguntó.
También hubo críticas al tratamiento de los aportes sociales y a la utilización de términos como “peaje” para referirse a contribuciones históricas del sistema laboral. “Es una vergüenza”, sentenció, al tiempo que señaló que no se trata de medidas pensadas “de abajo hacia arriba”, sino de una reconfiguración del trabajo “totalmente diferente”, que termina perjudicando a los sectores más vulnerables.
En ese marco, Argüello alertó sobre las consecuencias sociales y de seguridad que pueden derivarse de este modelo. “Después nos preguntamos cómo va a venir la seguridad, qué va a pasar con nuestros hijos. La segunda derivación de estas políticas siempre es peor”, advirtió, aunque aclaró que eso no debe paralizar a los trabajadores: “No significa tener miedo, significa ser responsables y organizados”.
Hacia el cierre, el dirigente aprovechó la fecha para enviar un mensaje a todo el sector. “Este es un gran gremio, con una actuación fundamental en la economía. La gente no siempre se da cuenta de que todo lo que compra, desde el almacén más chico, llegó ahí arriba de un camión”, señaló. Y concluyó: “Gracias al esfuerzo y la solidaridad de los camioneros y camioneras, la sociedad vive mejor y la economía se mueve”.
En un nuevo Día del Camionero, el mensaje fue claro: sin organización, sin memoria y sin derechos, no hay modernidad posible, solo un regreso a las peores páginas de la historia laboral argentina.