El exministro reapareció en una cena reservada con la nueva conducción de la central obrera y llamó a “discutir” los cambios que impulsa el Gobierno.
Sergio Massa volvió a escena. Aunque alejado de los flashes desde su derrota electoral, el excandidato presidencial del peronismo sigue moviendo piezas en la interna opositora. Ayer por la noche lo hizo con perfil bajo, acompañado por algunos de sus dirigentes de mayor confianza, en un encuentro a puertas cerradas con la cúpula de la CGT.
Según difundió el diario La Nación, el avance del presidente Javier Milei en materia de reforma laboral fue el principal tema de debate. Una cuestión sensible para el sindicalismo y para el propio peronismo, que enfrenta el desafío de reconfigurarse políticamente tras haber resultado derrotado en las urnas.
Massa sorprendió con una definición: propuso no descartar el proyecto oficial “a libro cerrado”. Incluso, ante los triunviros Jorge Sola (Seguro), Cristian Jerónimo (Vidrio) y Octavio Argüello (Camioneros), afirmó que él mismo habría impulsado una reforma si hubiera llegado a la Presidencia.
Su argumento central, recogido por La Nación, fue contundente:
“Hay que discutir la reforma porque tenemos a la mitad de la población económicamente activa fuera de la ley de contrato de trabajo”.
La preocupación del exministro no se limita al complejo proceso parlamentario. Lo inquieta —según trascendió— el paulatino distanciamiento de la clase trabajadora con el peronismo y la dirigencia gremial, un fenómeno que ganó fuerza durante la irrupción libertaria.
UNA RELACIÓN PARA RECONSTRUIR
Durante la cena —que se realizó en la sede de Sanidad y en la que no faltaron chicanas futboleras hacia el fanático de Tigre— estuvieron también Héctor Daer, Andrés Rodríguez, Hugo Moyano y José Luis Lingieri, entre otros pesos pesados de la central obrera.
Allí, Massa planteó que el peronismo debe recuperar la escucha en los territorios y en los lugares de trabajo, una estrategia que definió como “basismo”: entender qué pasa en las asambleas, transformar esa demanda en propuestas y representar el cambiante mundo laboral que trae la robótica y la inteligencia artificial.
Además, se metió en la interna bonaerense: aseguró que busca acercar posiciones entre Axel Kicillof y La Cámpora, con el objetivo de destrabar la ley que el gobernador necesita para afrontar abultados vencimientos de deuda en 2026.
LOS GREMIOS, ENTRE LA NEGOCIACIÓN Y LA DEFENSA PROPIA
Los dirigentes sindicales pusieron en duda el peso actual de Massa en el Congreso, pero coincidieron en que el debate legislativo exigirá articulación. De hecho, anticiparon que presentarán un proyecto propio de modernización laboral, acompañado por una reforma impositiva, y que mantendrán conversaciones informales con el secretario de Trabajo, Julio Cordero.
También analizan tejer nuevas alianzas políticas con gobernadores del Norte Grande, ante su influencia en ambas cámaras.
Según La Nación, las iniciativas promovidas desde distintos sectores del peronismo apuntan a:
- Ampliar licencias laborales
- Permitir el fraccionamiento de las vacaciones
- Reducir la jornada de trabajo
- Eliminar topes indemnizatorios, fijando un piso de dos salarios mensuales
- Reconocer el vínculo laboral en plataformas digitales, con salario mínimo garantizado
- Promocionar el empleo joven en pymes
Antes de retirarse, Massa dejó un mensaje final: el sindicalismo debe “representar el cambio que viene” y abrir el diálogo con Gobierno y empresarios, porque “sin ellos, no habrá transformación posible”.
Fuente: Información basada en lo publicado por el diario La Nación.