ARRECEYGOR RENUEVA SU MANDATO Y SE PERFILA COMO VOZ FUERTE EN LA COMUNICACIÓN DE LA CGT

Con amplia participación en las urnas, Horacio Arreceygor logró ayer la reelección al frente del SATSAID. Su triunfo no sólo ratifica la continuidad interna del sindicato de televisión —Lista Azul y Blanca— sino que lo proyecta como un actor clave en la estrategia comunicacional de la central obrera. El desafío: consolidar liderazgo y transformar esa visibilidad en defensa concreta de los trabajadores frente a los cambios laborales que se anuncian.

En la jornada electoral que se extendió entre seccionales y delegaciones de todo el país, los afiliados del Sindicato Argentino de Televisión (SATSAID) validaron la fórmula liderada por Horacio Arreceygor, otorgándole un nuevo mandato de cuatro años. El resultado, celebrado por la conducción, se difundió en los canales oficiales del gremio, que destacaron la normalidad del proceso y la amplia concurrencia. 

Arreceygor, dirigente con trayectoria en el sector audiovisual, asumirá la responsabilidad de mantener la cohesión interna en un momento complejo para el mundo del trabajo: renovaciones tecnológicas, discusiones salariales y proyectos de “modernización” laboral que generan preocupación en las estructuras gremiales. Desde su reelección, la consigna que repite la conducción es la continuidad de la lucha por derechos y condiciones laborales para los trabajadores de medios. 

Más allá del triunfo en las urnas, el dato político más relevante es la creciente presencia de Arreceygor en ámbitos de representación más amplios: fue electo para integrar la Secretaría de Prensa y Difusión de la nueva conducción de la CGT, un lugar desde el cual puede incidir directamente en la narrativa pública que rodea las demandas sindicales. Esa designación lo coloca en el mapa nacional como referente comunicacional de la central obrera. 

Para quien está a cargo de la comunicación de la CGT —y que hoy debe ser cuidado políticamente por quienes lo acompañan— la tarea no será menor: deberá traducir en mensajes coherentes y eficaces las tensiones entre la defensa de los derechos laborales y la necesidad de proponer alternativas frente a cambios legislativos y económicos. Ese puente entre la trinchera gremial y la opinión pública será, sin dudas, uno de los principales desafíos de su próxima gestión. 

En el terreno local y sectorial, la continuidad de la Lista Azul y Blanca significa también espaldas anchas para negociar paritarias y acuerdos con las empresas del rubro. Desde la conducción se puso en valor la tarea de las seccionales y delegados en garantizar la representatividad del proceso electoral y en sostener la agenda cotidiana: convenios, capacitación y acción social, temas que aparecieron en la rendición de actividades de los últimos meses. 

Fuentes gremiales consultadas hoy por EL DELEGADO señalan que la reelección llega en un momento en que la CGT busca reforzar su aparato comunicacional para disputar la agenda mediática y explicar, con claridad, el impacto de políticas públicas sobre el empleo y los salarios. Arreceygor, con su experiencia en medios y su reciente nombramiento en la Secretaría de Prensa y Difusión, aparece como la figura indicada para ese cometido: cercano a las seccionales y con capacidad para articular mensajes a escala nacional.

No faltaron las declaraciones oficiales que llamaron a la unidad y a “seguir en la lucha” por los derechos de los trabajadores, un núcleo discursivo que buscará instalar tanto dentro del sindicato como en la CGT. La dirigencia subraya que el objetivo inmediato será fortalecer la voz colectiva frente a iniciativas que tocan el mercado laboral y el poder adquisitivo. 

Si la comunicación será el campo de batalla de los próximos meses, Arreceygor parte con una doble responsabilidad: consolidar su base en el SATSAID y, al mismo tiempo, erigirse como un portavoz creíble de la central obrera. Quienes lo acompañan desde adentro saben que proteger su perfil público es estratégico —no sólo por su papel institucional, sino por la necesidad de contar con una comunicación gremial sólida y sincronizada ante los embates políticos y mediáticos que se vienen. 

El nuevo mandato arranca con la consigna clásica de continuidad y con un horizonte exigente: sostener derechos, actualizar la presencia gremial en un sector que muta tecnológicamente y ganar espacio en la batalla por la agenda pública. Para Arreceygor, la reelección es hoy el pasaporte para ocupar un lugar central en la comunicación sindical nacional. Para sus adversarios y aliados, la prueba será comprobar si ese liderazgo se traduce en resultados concretos para los trabajadores.