Según Javier Milei el mercado es un proceso de cooperación social en el cual se intercambian voluntariamente derechos de propiedad. Solo eso.
Luego, los fallos de mercado no existen. No pueden existir. Porque son un intercambio entre personas libres. Entonces aclara Milei: “O bien se trata de una anomalía que se ha generado por la intervención siempre violenta del Estado (fallo del gobierno) o, se trata de un fallo del analista. Pobres tipos que no saben definir lo que es mercado. VIVA LA LIBERTAD CARAJO.”
Por eso se definió sin engañar a nadie: “entre el Estado y la mafia, prefiero la mafia” y aclara: “Siempre yo menciono el caso de Al Capone, que para mí era un héroe”. (Al Capone, además de la masacre de San Valentín se le asignan alrededor de 200 muertos.)
Si hay una demanda (drogas) y alguien produce y oferta para satisfacerla ¿No es ese el mecanismo perfecto del mercado? ¿No es una actividad entre privados? ¿Para qué debería meterse el Estado? Está claro por qué el presidente dice que prefiere a la mafia antes que al Estado. Por eso vino como un Topo a destruir al Estado. (El reino de la mafia tras el derrumbe del Estado en Europa del este en la década de 1990, ya mostró la pesadilla, la distopía, el infierno que esto encierra y por eso los pueblos reconstituyeron sus Estados. Que, por lo menos, tienen constituciones y leyes para reglar la convivencia.)
Sigamos
El romance de José Luis Espert con el narcotráfico cerró un capítulo. También con la política. Dado que los triángulos amorosos son inestables. Esperemos que renuncie como diputado. El presidente ha dicho anoche, en el programa del desvergonzado Luis Majul, que: “Yo no lo eché ni lo hubiera echado”, “No dudo de su honorabilidad”. Es decir que las andanzas de José Luis Espert con Fred Machado en nada cambia la opinión del presidente sobre el “profe”. Es lógico. ¿Acaso la plata del narcotráfico no vale? ¿Es distinta al resto del dinero?
Felizmente la intuición popular les dio una señal contundente. La derrota en la provincia de Buenos Aires superaría los 20 puntos, desestabilizando al gobierno nacional. Espert se fue. Llego Santilli. “Voy a dejar el alma para defender el rumbo”, aunque no quede claro si el rumbo es el de los libertarios ortodoxos encabezados por Milei o el de los supuestos combatientes contra el narcotráfico encabezados por Patricia Bullrich. Lo único cierto parece ser que todos estos anti-estatistas viven confortablemente de la sangre del Estado.
La libertad como máscara
Tristemente las ideas de la libertad están sirviendo para enmascarar todo tipo de negocio espurio, divorciado de la salud, la educación y el desarrollo integral de nuestro pueblo. La libertad como concepto aislado no sirve. Por eso nuestro himno la hermana: “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!…Ved en trono a la noble igualdad.” Libertad e igualdad. Ética, progreso y fraternidad, deberían completar un proyecto aceptable.
Mientras tanto, lo único que tenía para mostrar este gobierno: el aumento en la producción de bienes y servicios, muestra una debilidad total. Solo disimulada por la inyección artificial de dólares con los que se inflama la deuda pública, el riesgo país y las usureras tasas de interés. Ni moral ni materialmente este es un gobierno deseable. Quedan las instituciones para ver cómo se resuelve este dilema.