El gobernador bonaerense redobla su apuesta por un Estado presente, con obras concretas, defensa de los derechos sociales y el lanzamiento del nuevo frente “Fuerza Patria”. Con apoyo sindical, territorial y político, Axel Kicillof propone un modelo basado en la justicia social y el federalismo frente al ajuste y la crueldad libertaria.
En un contexto político nacional marcado por el ajuste, la conflictividad social y la ofensiva del gobierno de Javier Milei contra el Estado y los derechos adquiridos, el gobernador Axel Kicillof emerge como el principal referente del campo popular. Desde la provincia de Buenos Aires, no sólo gestiona con fuerte impronta social, sino que además impulsa la unidad del peronismo en torno a un nuevo frente electoral: Fuerza Patria.
Mientras el gobierno nacional elimina subsidios, paraliza obras y reduce transferencias a las provincias, Kicillof avanza con una batería de políticas públicas centradas en los sectores más vulnerables.
Educación: Reforzó el programa “Conectar Igualdad Bonaerense”, entregando netbooks a estudiantes secundarios de escuelas públicas y propuso la obligatoriedad educativa desde los 3 años.
Salud: Firmó convenios interprovinciales solidarios, como el acuerdo con Chubut que incluyó la entrega de 15 ambulancias, ampliando el acceso a la salud en regiones postergadas.
Infraestructura: Pese al freno de la Nación, la provincia sostiene obras clave en rutas, escuelas y viviendas, reafirmando el rol del Estado como garante de derechos.
Fondos públicos: Demandó ante la Corte Suprema la restitución de fondos recortados por Milei, denunciando que “le están robando los recursos a los bonaerenses”.
“El Estado no es una casta. El Estado es la herramienta para garantizar derechos. Sin Estado, no hay igualdad”, expresó Kicillof recientemente en un acto en Florencio Varela, rodeado de intendentes, sindicalistas y organizaciones sociales.
Con una clara vocación frentista, el gobernador fue clave en la conformación del nuevo frente electoral Fuerza Patria, que unifica al peronismo bonaerense con sectores del massismo, intendentes, sindicatos y movimientos sociales. En el cierre de listas, el acuerdo incluyó reglas de integración equitativas, sin imposiciones verticalistas, y con apertura a nuevos actores.
“Estamos muy satisfechos con Fuerza Patria. No es momento de mezquindades ni internas, sino de frenar el proyecto de desintegración nacional que impulsa Milei”, declaró Kicillof.
El nuevo frente se lanzó con un spot contundente: imágenes de estudiantes, jubilados, médicos, científicos y trabajadores, con la consigna: “La fuerza de nuestra Patria no se rinde”. Detrás del lema, un llamado a recuperar el orgullo por lo público, lo nacional y lo solidario.
Kicillof ya no sólo resiste desde la gestión: ahora busca recomponer el tejido político del campo nacional y popular, con un peronismo más democrático, abierto y profundamente social. En su espacio “Derecho al Futuro”, lanzado en mayo, confluyen intendentes, legisladores, gremios y referentes territoriales, con un perfil de renovación y conducción horizontal.
“La verdadera grieta es entre los que quieren destruir derechos y los que los queremos ampliar. Entre la crueldad y la justicia social. Entre el sálvese quien pueda y el todos juntos salimos adelante”, dijo en su discurso fundacional.
Mientras el gobierno nacional concentra poder y ejecuta un ajuste sin precedentes, la provincia de Buenos Aires se consolida como la trinchera del modelo solidario, con obras, salarios, salud, educación y producción.
La elección que se avecina no será solamente entre candidatos. Será entre modelos de país.
Y en ese escenario, Axel Kicillof propone una alternativa concreta, con hechos y con rumbo: la justicia social como opción de futuro y la unidad como única herramienta para construirla.