En un giro inesperado, el Gobierno decidió frenar el proyecto de Democracia Sindical tras un fuerte pedido de la Confederación General del Trabajo (CGT). La iniciativa, que buscaba introducir reformas profundas en la estructura sindical, quedó en suspenso a horas de ser debatida en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados. La medida fue anunciada por Martín Menem, presidente de la Cámara, y responde a las negociaciones que lideraron sectores del oficialismo y la central sindical, entre los que se destacaron Guillermo Francos y el dirigente bancario Sergio Palazzo.
El proyecto, impulsado principalmente por el diputado radical Martín Tetaz, buscaba limitar la reelección indefinida de los líderes sindicales, prohibir la cuota solidaria obligatoria y garantizar representación para las minorías, además de democratizar las obras sociales. Estos puntos generaron un fuerte rechazo por parte de la CGT, que consideró que las reformas amenazaban su poder de negociación y representación en un contexto de creciente malestar social.
El revés no sólo afecta al oficialismo, sino también a sectores opositores como La Libertad Avanza y el PRO, quienes inicialmente habían mostrado su apoyo al dictamen. Sin embargo, las presiones sindicales y el temor a un incremento de las tensiones sociales, especialmente en un marco de movilizaciones universitarias, llevaron a un replanteo en ambas fuerzas políticas. Así, el proyecto, que había logrado reunir más de 20 propuestas de distintos bloques, se encuentra ahora en una situación incierta.
Entre los aspectos que más incomodaban a la CGT estaba la propuesta de eliminar los aportes compulsivos de los trabajadores a los sindicatos, una medida que, según sus dirigentes, debilitaría la estructura financiera de las organizaciones gremiales. Además, se contemplaba una mayor participación femenina en los cargos directivos y reformas en el sistema de obras sociales, permitiendo mayor libertad de elección para los trabajadores.
La sorpresiva decisión del Gobierno de dar marcha atrás deja el futuro del proyecto en el aire, mientras los actores involucrados buscan una salida que permita conciliar los intereses de los sindicatos, el oficialismo y la oposición. Mientras tanto, Tetaz, el principal impulsor de la iniciativa, analiza la posibilidad de solicitar un cuarto intermedio en la comisión para evitar que el proyecto sea rechazado en su totalidad.