El sindicato de Camioneros está a punto de ver homologada su paritaria, aunque no sin controversias políticas sobre la narrativa que rodea al acuerdo. Aunque el sindicato ajustó su recomposición salarial a las condiciones establecidas por Luis Caputo, aseguran que no han sacrificado salario de sus bolsillos. Las interpretaciones sobre este tema son divergentes.
El nuevo acuerdo presentado el miércoles entre el sindicato de Camioneros y las cámaras del sector busca la homologación por parte de la Secretaría de Trabajo. Este acuerdo incluye un aumento del 15% en marzo y un 9% en abril, así como pagos no remunerativos del 10% y 7% respectivamente para esos mismos meses.
La resistencia inicial del secretario de Trabajo, Julio Cordero, obedecía a directrices del Ministerio de Economía, que bajo la dirección de Luis Caputo buscaba anclar los salarios a la inflación. Sin embargo, el gobierno accedió a homologar el acuerdo, aunque esto implicó que el sindicato tuviera que resignar diez y once puntos respectivamente para los meses de febrero y abril, que serán compensados parcialmente a través de sumas no remunerativas.
Según fuentes gubernamentales, el acuerdo tendría validez hasta mayo, aunque desde el sindicato indican que se sentarán próximamente para discutir los incrementos previstos para mayo y junio. Además, se habría acordado extender un mes más el subsidio a la Obra Social sindical.
La homologación de las paritarias se convirtió en un reclamo central de la CGT en su reunión con el gobierno, como un principio de libertad sindical. La falta de homologación se percibe como una intervención estatal en el mercado laboral. La falta de acuerdo llevó a la CGT a convocar un paro general para el 9 de mayo.
Sin embargo, la interpretación del acuerdo ha desencadenado una disputa política sobre quién cedió y quién no. Mientras el gobierno difunde el acuerdo sin mencionar las sumas no remunerativas, Pablo Moyano asegura que el acuerdo no implica un retroceso y destaca que los trabajadores ya han recibido el 25% en marzo y recibirán el 20% en abril, además de un adicional del 2% para algunas ramas específicas.
Esta disputa no se limita a una cuestión de vanidad. La aceptación de sumas no remunerativas, más allá del impacto en los salarios, implica una concesión del sindicato y sienta un precedente frente a otros acuerdos que superan la pauta oficial y esperan ser homologados.