En un contexto regional marcado por presiones económicas, conflictos diplomáticos y maniobras de alineamiento geopolítico, la Confederación Sudamericana de Municipios (COSUDEM) lanzó un duro y contundente comunicado que no deja lugar a interpretaciones suaves: Estados Unidos está operando en Sudamérica con un claro objetivo de control y saqueo de sus recursos estratégicos.

El documento, firmado por su presidente el dirigente argentino Juan Matteo, alerta con nombre y apellido sobre lo que consideran una ofensiva organizada por parte de altos funcionarios estadounidenses, como la Comandante del Comando Sur, General Laura Richardson, y el candidato a embajador Peter Lamelas, propuesto por Donald Trump. Lejos de tratarse de declaraciones diplomáticas inocuas, COSUDEM las interpreta como un plan sistemático de subordinación a través de la coerción económica, el condicionamiento político y la vigilancia activa de los gobiernos latinoamericanos.
Argentina es señalada como un caso testigo. El comunicado acusa al actual gobierno nacional de actuar con “sumisión” frente a los mandatos del FMI, comprometiendo el patrimonio del país en un acuerdo de deuda impagable que sólo profundiza la dependencia. Pero la advertencia va más allá: se denuncia un intento explícito de EE.UU. por condicionar la política interna, garantizando la continuidad del gobierno de Javier Milei y evitando cualquier acercamiento con China, al tiempo que se busca asegurar, con descaro, la prisión de la expresidenta Cristina Kirchner como parte de esa estrategia.
COSUDEM no se detiene en la Argentina. Denuncia que el mismo modelo de intervención se replica en Perú, bajo el argumento de la lucha contra la pesca ilegal china, en realidad encubriendo una avanzada marítima y judicial sobre los intereses soberanos del país. En Brasil, la herramienta elegida es el arancel del 50% a las exportaciones clave, un golpe directo que busca disciplinar económicamente a un país que avanza con firmeza junto a los BRICS. Allí, la injerencia se evidencia también en el respaldo encubierto a Jair Bolsonaro, a pesar de su rol en un intento de golpe de Estado, simplemente por compartir alineamientos favorables a Washington.
La excusa norteamericana: la “seguridad nacional”. Pero para COSUDEM, se trata de un eufemismo para justificar la apropiación sistemática de los mayores tesoros naturales del continente: el litio, el petróleo, el gas, el agua dulce, la biodiversidad del Amazonas, las tierras raras y hasta el acceso estratégico a la Antártida. Recursos que no sólo son vitales para el futuro energético y tecnológico del mundo, sino también para el desarrollo digno de los pueblos sudamericanos.
“Patria sí, colonia no”, clama el documento, en el que participa además Eduardo Tadeu Pereira,Director Ejecutivo de ABM – Asociacion Brasileña de Municípios, citando incluso al Papa Francisco con una frase que retumba con dolor: “Es muy triste ser huérfano de patria”. Frente a este escenario, COSUDEM llama a defender la soberanía con firmeza, rechazar toda injerencia extranjera y alzar la voz contra un modelo de saqueo que ya no se oculta detrás de palabras bonitas.
Para Matteo quien además es secretario ejecutivo de la FAM, este comunicado no es sólo una advertencia: es un llamado urgente. Porque mientras los recursos se van por las grietas de la dependencia, lo que está en juego no es sólo el litio o el gas, sino la dignidad de todo un continente.