Hugo Moyano participó de un encuentro de las 62 Organizaciones Peronistas y llamó a consolidar la unidad del movimiento obrero para frenar el ajuste y defender los derechos de los trabajadores ante la crisis que atraviesa el país.
A días de la tradicional conmemoración de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, la CGT redobla sus gestos de resistencia frente al modelo de ajuste del gobierno de Javier Milei. En un contexto de deterioro económico, caída del empleo y conflictividad creciente, los principales dirigentes del sindicalismo peronista vuelven a reunirse para enviar un mensaje claro: sin unidad del movimiento obrero no habrá futuro digno para los trabajadores y trabajadoras argentinas.
El histórico líder de Camioneros y figura clave de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano, participó de un acto en la sede del Sindicato de Choferes de Taxis, encabezado por José Ibarra, donde se congregaron las 62 Organizaciones Peronistas para debatir líneas de acción ante la ofensiva gubernamental. El encuentro sirvió como puntapié para una serie de movilizaciones y actos previstos de cara al 7 de agosto, fecha emblemática para el movimiento obrero.
“Estamos trabajando para la unidad del Movimiento Obrero, porque creo que lo único que nos va a dar la fortaleza necesaria para evitar que les quiten conquistas a los trabajadores es esa unidad”, expresó Moyano en declaraciones al medio El Delegado. El dirigente destacó el rol que vienen cumpliendo gremios como el de los trabajadores de taxis, a quienes valoró por su compromiso con la causa colectiva.
En un clima donde recrudece la conflictividad social, con aumentos de tarifas, caída del salario real y paralización de la obra pública, Moyano aseguró que la CGT se mantiene activa y unida para frenar la pérdida de derechos laborales: “Este es un gobierno muy en contra del trabajador, muy en contra de los derechos del trabajador. Pero no obstante eso, reitero, la unidad es lo que va a posibilitar que se mantengan esos derechos”, remarcó.
Consultado sobre la inminente renovación de autoridades dentro de la central obrera, el referente sindical consideró que lo fundamental no es la forma sino el contenido: “Con un compañero o con tres compañeros, lo importante es que funcione. Y tenemos que decir con sinceridad que en los últimos tiempos la CGT ha trabajado como corresponde”.
Moyano también se refirió a la situación económica general y criticó duramente el rumbo del gobierno: “El país está en una situación muy delicada, muy preocupante. Y lo que más nos preocupa es que la riqueza de nuestro país, que es uno de los más ricos del mundo, quieren apoderarse de ella otros sectores y otros países”.
El acto en la sede de los taxistas funcionó además como espacio de articulación entre diferentes gremios que vienen tejiendo puentes en medio del clima hostil. La CGT, que ya protagonizó dos paros generales desde la asunción de Milei, se prepara ahora para ser parte de una nueva jornada nacional de protesta el próximo 7 de agosto junto a movimientos sociales, cooperativistas y organizaciones de base.
Mientras tanto, el deterioro social y económico golpea con fuerza a los sectores populares. La cifra de despidos en el sector privado crece mes a mes, los alimentos no dejan de subir y la promesa de “libertad” del gobierno libertario choca con la realidad de miles de familias que no llegan a fin de mes.
Por eso, en palabras de Moyano, la convocatoria a San Cayetano este año “es más importante que nunca”. Porque detrás del santo del pan y del trabajo, lo que se está poniendo en juego es el contrato social que el movimiento obrero construyó durante décadas de lucha. “Es el momento de demostrar que la unidad de los trabajadores es lo que nos da la fortaleza necesaria”, concluyó el dirigente.