“SAN CAYETANO NOS UNE”: LA CGT MARCHÓ MASIVAMENTE EN RECLAMO DE TRABAJO DIGNO Y JUSTICIA SOCIAL

Miles de trabajadores colmaron las calles desde Liniers hasta Plaza de Mayo para reclamar empleo, pan y justicia social, en una de las movilizaciones más significativas del año. La CGT, junto a las CTA y movimientos sociales, cargó contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.

En el marco de la festividad de San Cayetano, la Confederación General del Trabajo (CGT) volvió a movilizar este jueves con fuerza a sus bases en la Ciudad de Buenos Aires, bajo la consigna “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”. La marcha, que partió desde el santuario del santo patrono en Liniers y culminó en Plaza de Mayo, reunió a miles de trabajadores, organizaciones sociales, sindicales y religiosas que expresaron su rechazo al rumbo económico del gobierno nacional.

Con la consigna “San Cayetano nos une”, la central obrera denunció el crecimiento del desempleo, la precarización laboral y la falta de políticas públicas para revertir la crisis social. “No pedimos milagros, exigimos justicia social. Sin trabajo no hay futuro”, fue el mensaje central replicado en redes sociales y pancartas a lo largo de la movilización.

Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA, manifestó su preocupación por “el aumento del desempleo y una caída estrepitosa de distintos sectores de la actividad comercial e industrial”, y señaló que la CGT demanda “desarrollo, producción, crecimiento y trabajo”. Según el dirigente, el diálogo con el Ejecutivo “no alcanza” si no hay voluntad política para cambiar el modelo económico vigente.

En sintonía, Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT y titular de UPCN, criticó los despidos tanto en el sector público como en el privado y alertó sobre “una informalidad creciente en el mercado de trabajo”. Para Rodríguez, el país necesita “trabajo digno para crecer” y no “políticas que expulsan a los trabajadores y generan más desigualdad”.

La movilización fue acompañada por la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), y diversas organizaciones sociales que también reclamaron mayor inversión estatal en políticas sociales y laborales.

Este año, la ausencia de la bendición papal —debido al reciente fallecimiento del Papa Francisco— no frenó la masividad de la convocatoria. Por el contrario, la movilización se convirtió en una expresión de unidad entre el movimiento obrero, los sectores populares y la Iglesia, en reclamo urgente de trabajo digno en un país marcado por la recesión y la pérdida de derechos laborales.